viernes, 2 de febrero de 2018

Entre el Puerto de la Ragua y Laujar de Andarax, en la Alpujarra almeriense



Nunca pensé que cuando leyera el libro "Al Sur de Granada" de Gerald Brenan o “Entre limones” de Chris Stewart, ex batería del grupo Génesis se iba a estimular tanto mi apetito viajero por el último reducto morisco en la antigua Al Ándalus -las Alpujarras-, una región situada en las estribaciones de Sierra Nevada, al sur de Granada.
Blog de Antonio Cuevas


Desde Guadix nos dirigimos con nuestro humilde y autodidacta sextante cultural hacia el Puerto de la Ragua en busca de la cara norte "umbría" de Sierra Nevada, donde nos espera una carretera sinuosa y empinada con nieve en polvo a partir de los arcenes y que en varios tramos de la angosta vía nos encontramos algunas señales de tráfico que nos informaba utilizar el claxón para evitar posibles colisiones.

Dejamos atrás el imponente Castillo recostado sobre un pequeño cerro rocoso "La Calahorra" a medio camino entre Granada y Almería y que fuera un baluarte de tipo renacentista en la arquitectura civil española "1510" y que mandara construir un hijo del Cardenal Mendoza "primer marqués de Zenete". Dicho título nobiliario fue concedido por la reina Isabel la Católica en 1491 al hijo del cardenal Mendoza y nieto del Marqués de Santillana Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza.

Una bella fuente de agua cuyo origen se remonta al 940 bajo el Califato de Córdoba, captaba nuestro interés para posteriormente ascender al único puerto natural que atraviesa Sierra Nevada "La Ragua".




Zenete deriva del árabe sened, que significa "falda, subida, cuesta del monte", en referencia al declive de Sierra Nevada.


En el año 913 el paso de la Ragua -Rauah o Ragwa que significa almacén de aguas- llegó a ser un punto estratégico natural por donde atravesaron las tropas del califa Abderramán III para sofocar la rebelión del muladí Omar Ben Hafsún, considerado el azote de los Omeyas entre el año 880 y 918.

Cuenta Gerald Brenan en su libro "Memoria personal 1920/1975" que se puso en camino con su amigo Hope, desde Guadix hacia Yegen a través del Puerto del Lobo -2.764 metros de altitud-, que es el paso natural más alto que cruza Sierra Nevada.


En Sierra Nevada -Solair para los nazaríes- destaca el Pico Mulhacén en honor del antepenúltimo rey nazarí Muley-Hacén durante el siglo XV y el Pico del Veleta con 3.395 m.s.n.m. Cuenta la leyenda que encontrándose Muley Hacén ya anciano se retiró a morir al castillo de Mondújar en el “Valle de Lecrín”, en compañía de Zoraya. El 28 de octubre de 1485, tras invocar al arcángel Azrael y taparse el rostro con un Corán abierto, entregó su alma a Alá.

También cuentan que Zoraya, para que su sepultura no fuera profanada jamás, ordenó conducir el cadáver a lo más alto de Sierra Nevada en cuya más alta cumbre mandó inhumar sus restos, cubiertos por la bandera roja de los nazaríes, bajo las nieves perpetuas. Desde entonces este pico -el más alto de la Península Ibérica con 3478 m.- lleva el nombre de este monarca nazarí: Muley Hacén “padre de Boabdil y hermano de El Zagal”.

No es extraño que cuando Boabdil, el Chico -Abu Abdal -lah-, último rey de Granada, la observara  por última vez camino de su exilio hacia las Alpujarras, llorara como dice la leyenda. Cualquiera de nosotros hubiese suspirado del mismo modo al abandonar semejante belleza en un marco incomparable de culturas en la antigua Elvira con Sierra Nevada con el pico Veleta y el Mulhacén como testigo de la historia.

Desde el Puerto de la Ragua tenemos varias opciones: 

1. Descender hacia la Alpujarra granadina (Laroles, Ujígar, Válor, Yegen Trevélez, Capileira, Bubión, Pampaneira, Órgiva y Lanjarón entre otros) donde Lanjarón es considerada la puerta de entrada a la Alpujarra y Órgiva, la puerta de entrada a la Alpujarra Alta.

2. Por el contrario, descender por la Alpujarra almeriense (Laujar de Andarax, Fondón o Ragol entre otros), hasta conectar con la A-92 o llegar hasta Almería a través del Desierto de Tabernas.

Desde el Puerto de la Ragua nos dirigimos en esta ocasión hasta Láujar de Andarax en la Alpujarra almeriense cuyo río homónimo nace en su término municipal aunque debido a la sequía encontramos su nacimiento seco.

La retina de la historia nos dice que Láujar de Andarax, emblema de la Alpujarra almeriense y en perfecta armonía con la naturaleza, llegó a ser protagonista de varios hechos históricos:

En 1492 los Reyes Católicos le cedieron a Boabdil “Abu abd Allah «az-Zughbî» -el Desdichado- (Mohamed XII), las Alpujarras, como lugar de retiro.

“El nuevo proyecto histórico de los Reyes Católicos de forjar una España refractaria e intolerante como idea de Castilla consolidada por la Iglesia Católica, pasaba por eliminar el pasado andalusí.

Otro hecho histórico importante en Laujar de Andarax será la muerte de la también desdichada Morayma, esposa del Boabdil, que estuvo relacionada con la desdicha del último rey nazarí.
Monumento a Morayma -esposa de Boabdil-, en Loja (Granada).

Morayma, fallecida en Laujar de Andarax en 1493 será el nombre literario atribuido por Washington Irving a la esposa del rey Boabdil, hija del legendario caudillo de Loja Aliatar, en la “Crónica de la conquista de Granada” (1829). Cuenta la leyenda que llegó a ser la única mujer en la vida de Boabdil y que la amó de verdad. Cabe imaginarse el dolor que le produjo a Boabdil la muerte de su querida esposa, Morayma. Tras morir su mujer Morayma, Boabdil marchó de la Alpujarra en octubre de 1493 con su séquito acompañado de Aixa la Horra, su madre, en dirección a la ciudad de Fez como huésped del sultán hasta su muerte ocurrida en 1533.

El incumplimiento de las Capitulaciones se convertirá muy pronto en papel mojado al no poder seguir conservando la población morisca su lengua y sus costumbres siendo obligados por la fuerza a convertirse al cristianismo. Toda esta sinrazón trajo como consecuencia la Rebelión de las Alpujarras entre 1568 y 1571 al mando de Fernando de Válor y Córdoba -Muhammad ibn Umayya- durante el reinado de Felipe II. La mentalidad e intolerancia de una religión cristiana que desde su hegemonía religiosa utiliza la represión como fracaso de su empresa evangelizadora, lo que produjo un auténtico genocidio y etnocidio al expulsar a los moriscos españoles que tenían una identidad cultural propia. El fundamento del edicto obligaba a los moriscos a dejar su modo de vida y costumbres islámicas para convertirse por la fuerza al catolicismo que consideraba a los moriscos como una especie de contracultura dentro de la nueva unidad religiosa. 


La muerte en Laujar de Andarax de Aben Humeya el 20 de octubre de 1569 será otro importante acontecimiento histórico ocurrido en este bello pueblo de la Alpujarra almeriense. Aben Humeya al perder el apoyo de los rebeldes moriscos, es asesinado por su primo Abén Aboo, que le sucedería como «rey de los andaluces». La revuelta sería definitivamente sofocada en 1571 por don Juan de Austria. 

Quedaba demostrado en la poesía de nuestro poeta universal Antonio Machado en su libro de poseías Campos de Castilla, de 1912, la intolerancia de Castilla:


...Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus andrajos, desprecia cuanto ignora...

Corroborado algunos años más tarde por nuestro  también universal Federico García Lorca aquel 10 de junio de 1936 sobre la "Toma de Granada" por los Reyes Católicos en 1492:

“Fue un momento malísimo, aunque digan lo contrario en las escuelas. Se perdieron una no admirable, una poesía, una astronomía, una arquitectura y una delicadeza única en el mundo, para dar paso a una ciudad pobre…”

Los Juegos Moriscos de Abén Humeya de 1569 (Purchena) constituyen una muestra del legado andalusí que rehace el eslabón perdido en la cadena del olimpismo. Comenzaba con la tradicional cintas a la morisca para continuar con la lucha, levantamiento de piedra, sostenimiento de ladrillos, carreras de velocidad “media legua gruesa”, triple salto, tiro con arco, lanzamiento de cantos o tiro con honda.



En la Plaza Mayor de la Alpujarra "Plaza del Ayuntamiento" se encuentra en su lado izquierdo un pilar abrevadero del siglo XVII, considerado por los laujareños como el más emblemático de Laujar. Fue construido en 1684 “Año MDCLXXXIIII” por el maestro Diego de Tortosa, vecino de Huécija (Almería) durante el reinado de Carlos II. De estilo barroco, toda su estructura fue edificada en piedra caliza gris destacando un gran pilón abrevadero de base rectangular donde en su parte frontal se pueden observar cuatro caños, aunque originalmente sólo existían dos centrales que serán completados con otros dos en los extremos a partir de 1805. 

Los caños centrales están decorados bajo relieve y los otros dos en los extremos, con motivos vegetales. La parte superior del pilar está coronada por una bola, Se puede apreciar el escudo de Laujar de Andarax, donde aparece un barco de vela y un cuervo en honor del Patrón de la localidad, San Vicente Mártir.


Por su localización, la construcción que se divisa desde cualquier punto de Laujar de Andarax es la Iglesia de la Encarnación denominada “La Catedral de la Alpujarra” en cuanto a volumen y dimensiones, ubicada sobre el solar de una antigua mezquita aljama. Tras la expulsión de los moriscos el arzobispo Diego Escolano ordenó la construcción de la iglesia, cuyos inicios se remontan al 21 de noviembre de 1672.

Desde La Alpujarra se puede observar al fondo el Mar Mediterráneo, que nos recuerda que en Almuñécar "ḥiṣn al-munakkar", tuvo lugar la génesis de la Casa del Islam "Dar al Islam" en Al Ándalus sobre el 756 bajo la histórica figura de Abderramán I ben Muawiya al-Dajil “El Inmigrado”. Por el contrario, el rey de la Alpujarra “Boabdil” señalará el ocaso de Al Ándalus a partir de 1492 siendo el epílogo definitivo partir de 1609 con la expulsión de los moriscos.

En las playas de Almuñécar, -ciudad de las palmeras-, la misma a la que arrivó el 15 de agosto de 755 Abderramán I -Abd Al-Rahmán ben Muawiya al-Dajil (el Inmigrado)- único superviviente de la familia de los Omeyas  tras la matanza de su familia que huye de sus enemigos Abasidas llegando al norte de África donde fue acogido por la tribu Nafta de la que era originaria su madre e inicia con sus leales en Al-Ándalus una dinastía que fundó proclamando el Emirato de Córdoba, independiente de Bagdad y elevando la cultura a cotas muy altas  durante casi tres siglos, hasta la caída oficial del califato en el año 1031, lo que dio lugar a los reinos de taifas cuyo último reino nazarí fue tomado el 2 de enero 1492 con la toma de Granada por los Reyes Católicos.

Desde La Alpujarra almeriense colocamos nuestro sextante cultural en Almería " Al-Mariyyat -espejo del mar-", donde las páginas de la historia nos recuerda la primera referencia escrita que se conserva de una bandera blanca y verde de similares características a la de Andalucía que perteneció al reinado de Al Mutasim de la taifa de Almería en el siglo XI (año 1051), según el visir y poeta Abú Asbag.

 Unos versos del poeta Abu Asbag iben Arqam decían:
 
Una verde bandera que se ha hecho de la aurora blanca un cinturón, despliega sobre ti un ala de delicia, que ella te asegure la felicidad al concederte un espíritu triunfante”. 

Es posible que nos encontremos ante la bandera más antigua de toda Europa. El 18 de julio de 1195 el sultán Ben Yusuf Yaqub derrota a Alfonso VIII de Castilla en la batalla de Alarcos en lo que fuera la última gran victoria musulmana. Para conmemorar el triunfo se ordena colocar una bandera verde y blanca en la mezquita aljama de Sevilla, que representaba la unidad almohade (blanco almohade) y la colaboración andalusí (verde omeya). Un símbolo de unión entre tierras andalusíes de un lado y otro del Estrecho y verdiblancas.
Durante la última parte de la ruta nos dirigimos a Víznar, cuyo origen como primera alquería zirí se remonta a una conducción de las aguas de la Fuente de Aynadamar "fuente de las lágrimas", mediante la creación de una acequia que llevaba el agua al Albaicín granadino. 



Allí se encuentra el Parque Federico García Lorca dedicado a su memoria y a la de todas las víctimas de la Guerra Civil española.  

El Parque Federico García Lorca está constituido por una plaza de empedrado granadino, presidido por el sonido de una fuente de trece bocas acompañado de un entorno inigualable de sombras de árboles y la tranquilidad del lugar. El agua protagonista, desciende por una cascada, en las proximidades de la Sierra de Huétor.

Muy cerca de Víznar se encuentra Alfácar, el lugar escogido por los monarcas ziríes para el descanso, por su envidiable posición, en pleno cinturón montañoso de la depresión al norte de Granada, a 915 m.s.n.m. mencionado ya por el poeta, historiador y filósofo andalusí Ibn al-Jatib. Un antiguo territorio  donde  los molinos de harina y las tradicionales tahonas han estimulado el paladar de sus habitantes.

Pero históricamente, Alfácar y Víznar serán conocidas siempre por haber formado parte de unas verdaderas fuentes inagotable de lágrimas " al darle el último paseo" a Federico García Lorca junto a sus compañeros de infortunio, el maestro Dióscoro Galindo González y los banderilleros anarquistas Francisco Galadí Melgar y Joaquín Arcollas Cabezas. En el barranco de Víznar yacen centenares, o tal vez miles fusilados, por lo cual, ha sido reconocido como Lugar de la Memoria Histórica de Andalucía.

En Setenil de las Bodegas, las cuevas del sol, abren sus fachadas al sur y son más cálidas que las de la sombra. Sin embargo en el interior de las casas de ambas se mantiene un microclima muy peculiar que mantiene la temperatura fresca en la época estival y algo más cálida durante el frío invierno. Estas cuevas nos retrotraen a la prehistoria, cuando nuestros primitivos congéneres las utilizaron como refugio natural aprovechadas como viviendas. La fachada cierra la embocadura bajo las rocas del cañón, siendo la propia roca la cubierta de gran parte de estas construcciones.

Por último recuperamos energías en Setenil de las Bodegas "Septem nihil" y Zahara de la Sierra "Cassus belli" de la posterior toma de Alhama de Granada, última frontera de Al Ándalus para volver a la tierra de la cal, del flamenco y de nuestra propia esperanza.

Pero todo ello, formará parte de otra interesante historia que compartiré con los amigos. Desde el Puertto de la Ragua y Laujar de Andarax, para el blog de mis culpas...


P.D. No muy lejos de Láujar de Andarax se encuentra una pedanía denominada “Los Morones”. Según cuenta nuestro amigo y naturalista local Jesús Albarreal, tras la expulsión de los moriscos a partir de 1609, esta zona fue repoblada por ganaderos de León y algunos cisqueros de Morón, de ahí su toponímia. 

Los ganaderos pretendían talar el bosque para convertirlo en pastos para el ganado mientras que los cisqueros pretendían hacer un uso racional, la madera seca convertirla en carbón vegetal como fuente de energía. Se podría decir que los cisqueros de Morón fueron pioneros de lo que actualmente se denomina "uso sostenible del bosque". 

Hasta tal punto llegó éste desencuentro que tuvo que intervenir la Chancillería de Granada para calmar los ánimos.


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