domingo, 14 de abril de 2024

Visita a los Reales Alcázares de Sevilla con el Aula de la Experiencia de Morón


"In Memoriam" por los compañeros ausentes


Prólogo

Cuando nuestra compañera Lola me comentó la oportunidad de visitar de nuevo los Reales Alcázares “antigua Dar al-Imara o Casa del Gobernador" con el Aula de la Experiencia de Morón, se me vino al pensamiento una antigua fotografía que realizara en el año 2002 con mi primera cámara fotográfica "a pilas" [una antigua HP 435/3.1 MP] que guardo con el máximo cariño. Aquella fotografía me sirvió para ilustrar el primer artículo sobre mi primera visita a la antigua Dar al-Imara.

Recuerdo que entramos por una puerta ubicada en los Jardines de Murillo denominada “Puerta de la Alcoba”. En la fotografía aparece nuestro amigo Sebastián acompañado de don Juan Fernández [que fuera profesor de historia en el antiguo Instituto Nacional de Enseñanza Media de Morón], repasando ambos sus planos con los itinerarios a seguir. También se puede apreciar en la fotografía a nuestra querida compañera María [que ya no se encuentra entre nosotros], aunque todos permanecen en nuestro recuerdo.

El que escribe estas humildes letrillas tuvo la satisfacción de ser alumno del primer Aula de la Experiencia de Morón entre los años 2001 a 2004 cuyo mascarón de proa se encontraba a cargo del inolvidable Sebastián López Álvarez, primer Coordinador del Aula de la Experiencia de Morón siendo en aquella época Concejal de Educación Paco Salvador quien apoyó sin fisuras este proyecto cultural "Al César, lo que es del César". 




Aquel primer periodo del Aula de la Experiencia proyecta al que escribe estas humildes letrillas muy gratos recuerdos. Como botón de muestra cabe recordar aquellos viajes culturales realizados a la antigua Córdoba "la ciudad del agua o del río". Entramos por la antigua Puerta de Sevilla [Bab Isbiliya] que nos acercaba a dos figuras históricas de enorme talla intelectual como  Maimónides [Moisés ben Maimón] cuyo monumento se encuentra en la Plaza de Tiberiades o el de Averroes [Ibn Rushd] en la calle Cairuán. Ambos nacidos en Córdoba siendo además médicos y juristas, entre otras disciplinas que brillaron por su tolerancia hacia las ideas procedentes de otras religiones y culturas. 

Maimóides llegaría a ser uno de los mayores pensadores y teólogos judíos estudiosos de la Torá y Averroes fue además de juez mayor de Al Ándalus, pensador, matemático y médico, reflejado ni más ni menos que junto a figuras de la talla de Platón y Aristóteles en el cuadro "La Escuela de Atenas" de Rafael Sanzio. 

Averroes abrirá nuevos caminos en el pensamiento medieval teniendo como verdaderos receptores de su filosofía a grandes teólogos de la Iglesia católica como los dominicos Alberto Magno y Tomás de Aquino [maestro y discípulo]. 



Averroes con turbante inclinado detrás del filósofo y matemático griego Pitágoras que se encuentra escribiendo un libro


Aquellos viajes culturales servirán como complemento a las explicaciones que los profesores de historia nos habían impartido durante sus didácticas clases, muchas de ellas con diapositivas, estimulando nuestras ansias por seguir ampliando horizontes. 

La retina del recuerdo me proyecta aquel 29 de mayo de 2004 con nuestro viaje a la Alhambra [al-Ḥamrā] y el Generalife [Yanat al-Arif] de Granada. Recuerdo que aquel día buscábamos la colina de la Sabica y un camarero ya mayor nos indicaba que estábamos precisamente en lo que los nazaríes denominaban "al-Sabikat" o la Cumbre de los Ángeles. 

Como tampoco podremos olvidar aquel viaje fin de curso que realizamos a Salamanca a comienzos de julio de 2003 en busca del legado de Francisco de Vitoria y Miguel de Unamuno, entre otros muchos pensadores.

Se me viene a la memoria la inauguración del Aula de la Experiencia aquel 12 de febrero de 2002 en la Casa de la Cultura de Morón con la Lección Inaugural y Magistral de Don Julio Pérez Silva [ex-Rector de la Universidad de Sevilla y Catedrático Emérito de Microbiología de dicha Universidad] sobre el “Origen evolutivo de la crueldad humana”. En ese momento comencé a darme cuenta de que se presentaba ante nosotros una magnífica oportunidad para seguir aprendiendo en nuestro pueblo los interesantes conocimientos que nos iban a transmitir aquellos buenos docentes fusionados con las experiencias de sus alumnos. 

Una de tantas frases que se me quedó grabada en aquella primera época del Aula de la Experiencia fue la que nos manifestó el Catedrático de Psicología Evolutiva de la Universidad de Sevilla Dr. D. Manuel Velázquez Clavijo en una de sus conferencias:

“Cuando muere una Persona Mayor, se quema una biblioteca viviente”

También quiero recordar por su emotividad aquel 27 de mayo de 2003 en el Colegio Público García Lorca de Morón, donde el profesor Carrillo Salcedo nos honró con su presencia bajo una magistral conferencia con el título “Estados Unidos y Europa en el Mundo Contemporáneo” y donde el Catedrático en Derecho Internacional creía ilegal el uso de las bases sin autorización de la ONU.

“El conflicto de Irak ha dañado enormemente la democracia”

El profesor Carrillo Salcedo nos dejaría también legado el 28 de febrero de 2009 “Día de Andalucía” en la entrega del galardón de Hijo Predilecto de Andalucía por parte del presidente de la Junta de Andalucía:

"La educación es lo que hace posible que todos los seres humanos sin distinción ni discriminación alguna puedan disfrutar de la dignidad legal que les es inherentes"

Lo que de verdad es global es la miseria porque la hay en África, en Asia, en América latina, en Europa, en España, en Sevilla, en los barrios marginales donde no hay equipamiento social, no hay ambulatorio médico, no hay instituto…

Y así sucesivamente hasta terminar el tercer curso de aquel primer periodo del Aula de la Experiencia que comenzó por estimular nuestro ansia por aprender. En algunos viajes estuvimos acompañados de varios profesores, como don Juan Fernández Márquez, Cristina Gómez Reina, Montse Ruiz, Sebastián López Álvarez, José Pérez Dávila, etcétera, como verdaderos cicerones.

Cabe destacar las visitas realizadas a la Catedral de la Sierra Sur [Iglesia de San Miguel] y Santa Clara, los Reales Alcázares “antigua Dar al Imara” [19 de marzo de 2002], el Museo de Bellas Artes, la Catedral de Sevilla, la Universidad de Sevilla, el Viaje a Mérida [Emérita Augusta], Béjar, Salamanca y Candelario [4 de julio de 2003], el viaje a la antigua Córdoba [abril de 2004], la Cartuja de Granada, la Alhambra y El Generalife o Yanat-al-Arif [29 de mayo de 2004], la Visita al Coto de Doñana [12 de junio de 2004], la Visita a la Sierra de Morón [22 de marzo de 2003], entre otros lugares interesantes.

Aquellos gratos viajes me servirían como alícuotas para proseguir con el legado machadiano, la ruta del Pernales o la ruta del hereje, entre otras muchas y que seguiré compartiendo con los lectores del blog de mis culpas.

La apertura del primer curso tuvo lugar en 2001-02 siendo clausurado en 2004 bajo un acto solemne en la Casa de la Cultura donde nos entregaron un diploma en nombre de la Universidad de Sevilla con las horas lectivas correspondientes acompañado de un pin de grato recuerdo que me acompaña siempre en la solapa de mi chaqueta.

Terminado aquel brillante acto de clausura, profesores y alumnos orientamos nuestro sextante hacia el chalet del compañero y artista de la pluma José Luis Arrones donde compartimos experiencias en un agradable ambiente quedando fusionada la experiencia de los alumnos con la docencia.

No dejo de recordar aquel grato comentario sobre uno de los primeros reportajes sobre la antigua Córdoba de los califas donde el amigo Sebastián me animaba a publicar otros similares sobre la antigua Granada y Sevilla andalusí, como así lo hice posteriormente. No hace falta decir que comentarios como aquel cargaban mis pilas para seguir surcando caminos a lo largo del sendero, como diría nuestro inmortal poeta Antonio Machado. Y digo "nuestro" porque pertenece a la Memoria Colectiva de los españoles.

¡Quién le iba a decir al que escribe estas humildes letrillas que el blog de mis culpas superaría una cifra superior a los cuatrocientos artículos, siempre escritos con el máximo cariño! 

¡Cómo pasan los lustros! 

O tal vez sea mejor hacer mías las palabras de mi amigo Curro:

¡Cómo vamos pasando nosotros!



Nuestro amigo Sebastián en el recuerdo 


Lo que me brinda sólidos argumentos para pedir desde estas humildes letrillas que el Aula de la Experiencia de Morón pase a denominarse en un futuro próximo "Aula de la Experiencia “Sebastián López Álvarez" como grato recuerdo, no sólo a la persona, sino también al docente que fue pionero en labrar y proyectar en la tierra de Villalón la semilla de la cultura en los alumnos mayores como bibliotecas vivientes durante aquel primer periodo del Aula. Hay que tener en cuenta que muchas personas mayores por las circunstancias de la vida no tuvieron la oportunidad de asistir a una escuela, y mucho menos a la Universidad.

Y para que conste donde proceda he querido dejar plasmadas estas humildes letrillas en el blog de mis culpas...




Desde Morón, tierra de Villalón, de la Cal, del Flamenco y a veces, también de cine "Cuando nadie nos ve", orientamos nuestro sextante didáctico rumbo a la antigua Dar al-Imara [Reales Alcázares] que hunde sus raíces en la antigua Al Ándalus. Al frente del mascarón de proa del Aula de la Experiencia de Morón se encontraba Juan Diego, profesor de historia de dicho Aula.

Nuestra retina captaba el monumento al Cid frente a la fachada este de la Universidad de Sevilla, la antigua Fábrica de Tabacos, donde surgiera la leyenda de Carmen la Cigarrera. En primer lugar nos dirigimos hacia la Plaza de España diseñada por el gran arquitecto Aníbal González "El Duende".



En la Plaza de España tenía lugar en aquel momento como preludio de la Feria de Abril un Concurso de Enganches donde se anunciaba por megafonia al dueño del coche de caballos [Don Fulano de tal y tal] y a continuación, el nombre del cochero junto con el de sus lacayos correspondientes a pie de tierra. 

Mientras tanto, los jueces puntuaban con su libreta en la mano las guarniciones, al cochero, cuero, hebillaje, costura, mantenimiento, etcétera, y se protegían del sol con elegantes sombreros de paja que proyectaban la imagen de antiguos señoritos cortijeros "diestros en manejar su caballo y maestros en refrescar manzanilla", recordándome el poema de "Don Guido" del universal poeta Antonio Machado.



Aníbal González admirando su magnífica Plaza de España que simboliza el abrazo a la Hispanidad. Cada vez que es necesario reponer alguna pieza de cerámica  se encarga a los alfares de Talavera de la Reina o de Triana. La Plaza de España llegaría a contar con dos mil obreros.


Juan Diego nos explicó la diferencia entre el historicismo y el regionalismo como estilos arquitectónicos:

En el historicismo el arquitecto utiliza estilos vinculados con nuestro pasado cultural como el andalusí, mudéjar, neomudéjar, etcétera, utilizando materiales como el ladrillo, yeso, azulejo, ladrillo vidriado, cerámica o hierro forjado. Aníbal González utiliza el estilo gótico en la terminación de las torres de la Plaza de España.

Mientras que en el regionalismo se utilizan las características estéticas de cada región o ciudad.  Los arquitectos sevillanos Talavera y Heredia  o José Espiau, entre otros, brillarán en este aspecto.


Tras inmortalizar nuestra presencia mediante una fotografía de grupo junto a la fuente de la Plaza de España cuyos chorros de agua pueden alcanzar hasta once metros de altura paseamos en dirección al Rectorado de la Universidad de Sevilla, antigua Fábrica de Tabacos, que nos recuerda nuestra reciente visita en aquel histórico lugar donde se forjó la leyenda de Carmen la Cigarrera, una mujer obrera, libre y rebelde en aquella sociedad reaccionaria del siglo XVIII. 

La fachada principal de la Universidad de Sevilla está realizada con piedra caliza de Morón

Será el prólogo de una intensa y didáctica cuyo plato principal será nuestra visita a los Reales Alcázares de Sevilla.


Monumento a Carmen la Cigarrera en Sevilla


Desde la Universidad de Sevilla donde se proyecta la excelencia paseamos bajo un sol espléndido que nos anunciaba la primavera en toda su intensidad, entre los efluvios de azahar que estimulan nuestros sentidos, mientras Sevilla comienza a vestirse de faralaes durante estos días esperando el tradicional pescaíto la noche del 13 de abril.

Farah en andalusí significa "alegría" y "lebs" traje. Faralaes es por tanto, el traje de la alegría. Por eso, cuando las mujeres se visten con sus elegantes trajes de flamencas se están vistiendo de alegría. Muchas veces ignoramos la etimología de las palabras y el origen de las fuentes que las nutren. De "faralaes" proviene el término "feria" y lo contrario "malfario". No hace falta recordar que la casa de Blas Infante en Coria del Río se llamaba "Dar al-Farah" o la Casa de la Alegría.

La Universidad de Sevilla transitamos paralelo al Hotel Alfonso XIII [construido para la Exposición Iberoamericana de 1929 para la gente con posibles] que nos llevará a la Puerta de Jerez donde se encuentra el monumento a la diosa Híspalis, el Arquillo de la Plata y la Torre de Abdal-Aziz que nos acercará sin prisas entre monumentos regionalistas, a la Plaza del Triunfo donde se encuentra la Catedral con la Giralda, el Archivo de Indias y la Puerta del León de los Reales Alcázares como testigo de nuestra presencia.


Monumento en bronce macizo en el Patio del Reloj de la Universidad de Sevilla al jesuita fundador de la Universidad de Sevilla Maese Rodrigo Fernández de Santaella y Córdoba (1444-1509). Fundó el Colegio de Santa María de Jesús en 1505, germen de la Universidad. 


En su mano derecha porta un pergamino de la bula papal de Julio II de 1505

Frente a la Puerta de Jerez se encuentra la iglesia de estilo mudéjar de Santa María de Jesús, considerada la primera Universidad de Sevilla en 1505 con Rodrigo Santaella. Allí hicimos un alto en el camino para disfrutar de una nueva arenga didáctica por parte de nuestro cicerón. En su interior existe una pintura de la Virgen de la Antigua de Alejo Fernández donde la Virgen entrega al propio Rodrigo una Universidad.

Muy cerca de la iglesia de Santa María de Jesús se encuentra el Palacio de Yanduri unido al Real Alcázar a través de la Huerta de la Alcoba donde naciera el poeta Vicente Aleixandre. 

Al fallecer los marqueses de Yanduri, el palacio se convirtió en la residencia oficial de Francisco Franco tras el pronunciamiento militar del 18 de julio en 1936  y además se requisó para albergar el cuartel general de Queipo de Llano. Desde las ondas de Unión de Radio Sevilla lanzaría sus brutales arengas radiofónicas.

Con las obras del Hotel Alfonso XIII y la Exposición Iberoamericana de 1929 Sevilla tomaba una nueva dimensión al abrirse a la calle San Fernando y Plaza del Triunfo. La cartografía urbana de Sevilla le debe mucho a las Exposición Universal de 1929 y 1992.

La Torre del Oro ubicada en la margen izquierda del antiguo río Betis romano [que daría nombre a la Bética que exportaría el garum y el aceite de oliva virgen desde Baelo Claudia hasta el puerto de Ostia en Roma] arabizado siglos más tarde como "Wad al-Kabir" por los andalusíes ha sido fiel testigo del crisol de culturas gracias a su navegabilidad desde tiempos muy pretéritos, cuando los tartessos la llamaban Ispal "tierra llana", más tarde la futura Híspalis romana arabizada por los andalusíes como Isbilya cuyo legado cultural nos dejará como legado los Reales Alcázares, la Torre del Oro y los Patios de los Naranjos como el de la Iglesia del Salvador o el de la Puerta del Perdón en la Catedral de Sevilla junto a muchos alminares que serán posteriormente cristianizados y que jalonan la geografía hispalense.

Muy cerca de la Torre del Oro se encuentra la desembocadura del arroyo Tagarete cuyo soterramiento discurre bajo la fachada de la Universidad de Sevilla ubicada al Norte de la antigua Fábrica de Tabaco. Ese es el motivo por el que sólo tenga tres fosos [Sur, Este y Oeste].




La Colonia era el mayor estatus jurídico de una ciudad romana y se produjo bajo el mandato de Cayo Julio César. Se atribuye la fundación de Híspalis [Sevilla] a Julio César, la bautizó bajo el nombre de “Colonia Iulia Romula Hispalis”, latinizando el nombre original fenicio de “Ispal” o tierra llana, añadiendo Julia por su nombre y Romula por ser una colonia romana.

De la Híspalis romana se pasará a la Spalis goda [comienzos del siglo V], arabizada en tiempos de Al Ándalus como “Ishbiliya” [712]. Más tarde será cristianizada como Sevilla en tiempos de Fernando III de Castilla a partir del 23 de noviembre de 1248.


Y llegamos por la calle Miguel de Mañara a la Plaza del Triunfo donde nos espera una vista espectacular con los Reales Alcázares y el Archivo de Indias cada lado, y al frente se erige majestuosa la Catedral de Sevilla que brilla con luz propia. Fueron declarados Patrimonio de la Unesco en 1987 nuestro. 

El primer asentamiento tartésico se produce en La Alfalfa. La antigua Ispal “tierra llana de los tartessos” llegaría a ser romanizada bajo el nombre de “Híspalis” durante la Bética Romana [206 a.C.] con su aportación al Imperio.

A través de las explicaciones "in situ" de nuestro cicerón junto con otras visitas realizadas a Sevilla en tiempos pretéritos hemos intentado recopilar entre breves pinceladas algunas letrillas ilustradas con fotografías para compartir con los amigos del blog y compañeros del Aula de la Experiencia, esperando que sean de su agrado.

Juan Diego proseguía con su didáctica charla ante las murallas del Alcázar, la mirada de la Giralda y el Archivo de Indias esperando que se acercara nuestro tiempo gastronómico para rehidratarnos con agua de cebada fría para recuperar las energías perdidas, lo que nos ha permitirá estimular nuestro paladar al degustar alguna que otra tapa tradicional de la cocina sevillana o algún plato de cuchareo para aquellos que rindan tributo al arte del mejor yantar. 






Como complemento a nuestra visita a la antigua Isbiliya pusimos viento en popa en busca de la cervecería Giralda, en la calle Mateos Gago, 1 con la intención de degustar una buena cerveza fría bien tirada y observar al mismo tiempo los vestigios de un antiguo al hammam del siglo XII con 89 luceras descubiertas en el año 2020, siendo uno de los mejores conservados de la Península Ibérica.

Cuando el sol se encontraba en su cénit y comenzaba a sobrar la manga larga nos dirigimos con prisas y sin pausa a un cercano bebedero [entiéndase la expresión] estimulando nuestro apetito en la antigua Taberna de Las Escobas cuya existencia data del año 1386 y donde existe un azulejo que nos recuerda que en aquel lugar concurrieron entre otras glorias de las Letras Universales, escritores de la talla de Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Lope de Rueda, Gustavo Adolfo Bécquer, Lord Byron y los Hermanos Álvarez Quintero, entre otras plumas.




Estas prestigiosas tabernas [tabernaes] entre otras, me dijo un "beersapiens" de mi pueblo, de esos que presuntamente entienden de cerveza, aromas y matices, que forman parte de los templos de la cerveza sevillana

¡Habrá que visitar algunos, digo yo!

¡Todo sea por el bien de nuestra hidratación, como mandan los galenos!




Tras degustar nuestro almuerzo en grata compañía orientamos nuestro sextante en busca de una panadería-pastelería "La Canasta", frente a la Catedral de Sevilla, para degustar un café con una palmera de yema cuyos efluvios me recuerdan a mi más tierna infancia o a mis años de zagal cuando todavía estudiaba en la escuela aquello de "España limita al norte, con el Mar Cantábrico...".

¡Cómo pasan los lustros!



Palacio mudéjar. Fachada principal


Pero volvamos con el mundo andalusí...

La Puerta del León nos introduce en la antigua Dar al-Imara de la antigua Isbiliya cuya visita estaba prevista para las 5,00 de la tarde, una hora especialmente taurina en la Maestranza de Sevilla.

En el mundo andalusí destaca la etimología de bellas palabras andalusíes como Dar al-Imara, Wad al-Kabir [Guadalquivir], Isbiliya [Sevilla], Atrayana [Triana o más allá del río], Al-Xaraf [Aljarafe o lugar elevado], etcétera, lo que puede darnos una idea del esplendor de una lengua árabe que no sólo aportó el primer Renacimiento en Europa sino que también nos dejaría como legado en la lengua castellana más de cuatro mil palabras.

En el 714 Tariq [quién pondría nombre a Gibraltar “Yebel al-Tariq”] y Musa [gobernador de Ifrikiya] fueron llamados a Damasco por el califa Sulaymán quedando al mando de las tierras de la España musulmana su hijo Abd al-Aziz ibn Musa, quien muere asesinado en marzo de 716, en la antigua Isbiliya, mientras rezaba la oración de la mañana presuntamente por haberse convertido al cristianismo a instancias de su esposa, la bella Egilona, viuda del infortunado Roderico "don Rodrigo". Cinco enviados del califa le clavaron sus lanzas para que nadie pudiera ser considerado asesino ['ḥaššāšīn o adicto al hachís] en solitario.

Otro hijo de Musa gobernaba Tánger y un tercero Kairuán, lo que llevó a estimular la envidia del califa de Damasco que pensaba que la familia Musa se estaba haciendo muy poderosa ordenando la ejecución de los tres. El infeliz Abd al-Aziz nunca conoció el motivo de su muerte.

Abd al-Aziz era al parecer un buen musulmán que se había hecho construir una mezquita para cumplir con sus deberes como buen musulmán. Su residencia oficial se encontraba en lo que todavía se conoce en Sevilla como la “Torre de Abd al-Aziz” como uno de los vértices de la muralla de la antigua Isbiliya rodeando los Palacios de Dar al-Imara [Alcázar de Sevilla]. Así terminó la historia de Abd al-Aziz desconociéndose que fue de la bella Egilona, quien posiblemente buscase amparo en algún convento donde llorar las penas a las que la vida le había deparado.


Desde aquel 19 de marzo de 2002 que visité por vez primera la antigua Dar al-Imara con el Aula de la Experiencia de Morón en compañía de nuestros cicerones Sebastián López Álvarez y don Juan Fernández ha pasado ya la friolera cifra de algo más de cuatro lustros. Y ahora he vuelto entre gratos recuerdos, estimulando de nuevo nuestro apetito cultural.

Porque como decía el coloso de la lírica española del siglo XX Antonio Machado:

"En cuestiones de cultura y de saber, sólo se pierde lo que se guarda; sólo se gana lo que se da."


No cabe duda de que Al Ándalus con sus luces y sombras estimuló durante siglos la imaginación de una Europa sumida entre sus propias tinieblas. Al Ándalus poseía una elevada cultura con edificios de enorme belleza siendo considerado su arte único en Europa llegando a alcanzar cotas sublimes, a lo que será necesario añadir  sus contribuciones poéticas y literarias, creaciones filosóficas y avances médicos y científicos sin parangón en la época. Negarlo sería amputar la realidad.

Cuando la Europa cristiana en el año 1000 estaba bajo el influjo del fin del mundo, Al-Biruní calculaba el radio de la Tierra demostrando que nuestro planeta giraba alrededor del Sol. También confirmaron la esfericidad de la Tierra siglos antes de que Colón descubriera el Nuevo Mundo. 

Al Ándalus fue el primer país en contar con la fabricación de papel. También se fabricaba la seda y contaba con cultivos tan especiales como la caña de azúcar, el azafrán, los árboles frutales y hortalizas desconocidas hasta entonces en Europa. En Al Ándalus destacaba la cultura del agua junto con los sistemas de riegos ayudados por las norias, que contribuyeron a hacer inmensamente fértiles las huertas andaluzas y levantinas, contribuyendo además a enriquecer nuestra “Dieta mediterránea”.

La primera farmacia de la que se tiene noticia estuvo en Bagdad en el siglo VII, existiendo al menos un intento de separar la medicina de la farmacia. En la escuela de medicina de Bagdad se examinaban a los futuros médicos. Muchos términos de la farmacología actual tienen su origen etimológico en la lengua árabe: jarabe de “shirap”, alcohol “alkaal”, alcalfor “alkanfur”, etcétera.

No hay que olvidar que durante su época de esplendor Córdoba irradiaba una luz inagotable en la ciencia, medicina, astronomía, astrología, geometría y matemáticas, arte, música y poesía, entre otras muchas disciplinas, convirtiéndose Al Ándalus en el faro del mundo como lo demuestra la Mezquita de Córdoba, monumento culminante del arte islámico religioso en Al Ándalus o el conjunto de La Alhambra “Qalat al Hamra” (fortaleza bermeja) y el Generalife “Yannat al-Arif”, referentes en la arquitectura y arte musulmán para el disfrute de los sentidos, donde la armonía y el refinamiento alcanzaron cotas sublimes, sin olvidar la antigua Dar al-Imara de la antigua Isbilya o el antiguo Palacio de la Aljafería de la antigua Saraqusta, considerado éste último como símbolo del arte taifal.

El Califato de Córdoba hizo de Al Ándalus el centro del mundo de Occidente. Los califas protegieron el mundo de la cultura y de la medicina dando títulos a los médicos de valía y permitiendo ejercer incluso a aquéllos que no abrazaran su religión, liberándoles de las persecuciones que por motivos religiosos pudieran tener. A mediados del siglo X aparece la figura del “médico del califa” encargado de velar por la salud de éste y de su familia extendiendo su autoridad a todos los que tenían relación con la medicina, vigilando el ejercicio de la farmacia. 

Abbás Ibn Firnás se lanzó con una lona en su primer intento desde el alminar de la Mezquita de Córdoba en el año 852 y en el 875 llegando a estar en el aire una decena de segundos. Por tal motivo será considerado como precursor de la aeronáutica.



La universidad más antigua del mundo "Al Quaraouiyine" se encuentra en la medina de Fez. 


Según la tradición la Universidad de "Al Quaraouiyine" comenzó a construirse en el año 859 bajo los auspicios de Fátima Al Fihriya quien construyó la mezquita de "Qarawiyyin" asociada a la universidad cuyos estudios principales son religiosos y de la lengua árabe. Allí se encuentran más de 4.000 manuscritos escritos a mano. Su biblioteca es también considerada la más antigua del mundo.

El árabe en Al Ándalus llegaría a ser una lengua sinónima de refinamiento y erudición que sirvió como vehículo para introducir las primeras traducciones al árabe de los filósofos griegos, en especial la figura de Aristóteles de la mano de Averroes y que posteriormente se beneficiaría el pensamiento posterior del mundo latino a través de Santo Tomás de Aquino.

El primer Renacimiento en Europa se dio en Al Ándalus en lengua árabe contribuyendo con más de mil traducciones de los clásicos griegos al árabe siendo llevadas posteriormente al latín por los eruditos cristianos. De este modo, los árabes fueron receptores del legado griego al traducir a célebres pensadores de la Antigua Grecia a la lengua árabe, lo que produjo un gran avance cultural y científico en contraposición con el oscurantismo reinante en el occidente cristiano.

En Al Ándalus se cultivó la literatura, la ciencia, la filosofía y el arte islámico como se pudo demostrar con la captura de Toledo en 1085. A ellos le debemos también las traducciones de los clásicos griegos: la medicina de Hipócrates y Galeno, la geografía, astronomía y trigonometría de Ptolomeo, la geometría de Euclides, la física de Arquímedes, la crítica de Aristarco, y la metafísica de Apolonio, Empédocles y Aristóteles, traducciones de Platón, Aristóteles, Séneca, Plotino, Luciano de Samósata y los grandes padres de la Iglesia desde San Ireneo a San Agustín permitiendo que el conocimiento fuese conocido en Europa para dotar de base la filosofía medieval y escolástica.

Los números que utilizamos en las matemáticas se denominan arábicos porque nos llegaron a través de los árabes. El número cero "sifr"[vacío] es un ejemplo de ello. Los musulmanes difundieron conocimientos procedentes de China como la fabricación y uso del papel. Por tal motivo crearon tantas bibliotecas.

Escribieron muchos libros de viajes, geografía e historia. Cultivaron la música que junto con la poesía ocuparon un papel fundamental en la sociedad andalusí. La cultura de Al Ándalus era de tal magnitud que cuando reyes como Pedro I quiere construirse un palacio en Sevilla no destruye el Alcázar sino que llama a alarifes mudéjares para convertirlo en una especie de Alhambra a pesar de que se destruyan las mezquitas, a excepción de la de Córdoba, cristianizando los minaretes al añadirles las campanas. La Giralda de Sevilla es un claro ejemplo del “mestizaje entre dos culturas”.

La Escuela de Traductores de Toledo con Alfonso X El Sabio [1221-1284] traducirá los textos griegos, árabes y judíos al castellano a través de los judíos conversos. Una importante transferencia cultural durante la mitad del siglo XII y la primera mitad del XIII.



Es digno de resaltar en todo el conjunto la azulejería [azzuláig] de Sevilla y Triana ["atrayana", más allá del río] con su arrabal alfarero [al-fahhar o cerámica] en la Vega de Triana regado por el antiguo río Betis o Guadalquivir [Wad al-Kabir andalusí]. 

La España cristiana recibe de Al Ándalus la rica tradición artesana de la cerámica vidriada, destacando la perfecta geometría de los alicatados [al-qát] andalusíes con la gama cromática y su cuidadosa ejecución que rematan las composiciones.

Etimológicamente, azulejo proviene del andalusí "azzuláig" y así hasta cuatro mil vocablos diferentes que enriquecen la gramática castellana.

Las edificaciones andalusíes intentaban resolver las necesidades humanas dentro de una sociedad y cultura. Pero el Islam, a partir de la derrota de la batalla de las Navas de Tolosa (1212), sufrirá una profunda decadencia e inestabilidad interior que hará desaparecer progresivamente el Imperio musulmán. 


Puerta del León


Los almohades transforman el Alcázar con un tercer recinto con terrazas para salvar el desnivel con doce torres y trece lienzos de murallas. Las murallas del alcázar tiene 37.000 sillares de estilo califal cordobés.





El Alcázar es considerado como el primer edificio civil de Sevilla. Históricamente ha sido sede de los príncipes musulmanes de la antigua Isbiliya islámica hasta 1248 con la conquista de Sevilla por Fernando III de Castilla, siendo la sede de los reyes cristianos en la ciudad hispalense. Abarca desde el año 913 durante la época de Abderramán III en plena etapa califal para continuar con diferentes épocas como taifa, mudéjar, gótico, renacentista, barroco, manierista y neoclásico.




Por el lado occidental del alcázar almohade se encuentra el “Patio del Yeso”, obra del alarife ‘Alī al-Gumārī, que conserva las yeserías más antiguas. Un bello patio de planta rectangular con una alberca [al-bírkah] en medio. En el Islam destaca siempre el agua como símbolo de la vida.

La construcción andalusí se realiza con materiales perecederos como son la cerámica, el yeso y la madera, respetando la máxima coránica que impide hacer obras "eternas", por aquello de que " Ningún humano puede hacer competencia al Creador".



En los Jardines del Alcázar se encuentra la columna de Al-Mutamid


Al Motamid, el último rey de de Sevilla 

«Aún si los enemigos me arrebataban el reino / y el pueblo me traicionara, / mi corazón permanecería entre mis costados, / y costados no entregan corazones... / Mi nobleza no ha sido arrebatada. / ¿Acaso se puede arrebatar la nobleza?». No se puede. Ni aunque haya estado mil años bajo tierra.


En Agmat [cerca de Marrakech, Marruecos] se encuentra un morabito con los restos del último rey abadí de la antigua Isbiliya. 

¡Pero, quien fue Al Mutámid al que recuerda tanto Sevilla tras el paso de tantos siglos!

Al Mutámid estuvo vinculado con el campo de la cultura de su época. Sin embargo, le esperaba un final desconsolado y cargado de nostalgia bajo el inhóspito destierro de Agmat, cerca de Marrakech, añorando su antigua "Dar al-Imara" bañada por el río Guadalquivir "Wad al-kabir" y recordando los olivares sevillanos de cuyas aceitunas "azzaytúna" se obtenía el zumo virgen en las almazaras "al-ma'sara" en forma del preciado aceite "azzeit" del Aljarafe "Al-Xaraf".

El aceite lampante que no se utilizaba para consumo humano se utilizaba para las lámparas "qandil" de barro cocido.

En su viaje a Marruecos en 1924 Blas Infante visitó la tumba del último rey abadí de la antigua Isbiliya “Al-Motamid” en Agmat, al este de Marrakech. Al Motamid encarnaba para Blas Infante un ejemplo de pacifismo y tolerancia encarnado por el espíritu de Andalucía. Blas Infante otorga una gran importancia al periodo de convivencia entre musulmanes y cristianos de Andalucía y se inspira en los enamorados de Antequera que proviene del siglo XV, cuando ésta ciudad, llegó a ser frontera entre los reinos de Castilla y Granada.

Tras haber escuchado allí las nubas magrebíes será el primero en poner en relación los cantos populares de ambos lados del Estrecho de Gibraltar. En su obra “Orígenes de lo flamenco y secreto del cante jondo” [1929] da forma a una de las teorías más serias sobre el origen del término "flamenco" cuyo origen estaría en los cantos de los moriscos que se escondieron en los montes tras el decreto de expulsión de Felipe III, que con el tiempo se confundirían con los gitanos errantes. Flamenco vendría de la expresión "fellah mengu" cuyo significado sería “campesino huido” en el dialecto andalusí.




Paseando por el Barrio de Santa Cruz nuestra retina captaba un azulejo en la calle Gloria, entre la Plaza de los Venerables y la Plaza de Doña Elvira, que nos recuerda una bella historia de amor, la de una alfarera [alfahhár] del antiguo arrabal de Triana llamada “Itimad”, que siendo esclava llegaría a ser reina de la antigua Isbiliya "Sevilla", al enamorarse perdidamente de ella, el último rey poeta "Al Motamid".

Entre la judería y el Callejón del Agua, pudimos observar antiguas conducciones de la época islámica [siglo XI y XII] que suministraban agua al Alcázar [antigua Dar al-Imara] y a la medina de la antigua Isbiliya.





Al Motamid no midió bien las consecuencias de pedir ayuda a los almorávides

Históricamente los grandes ríos peninsulares han formado parte de las antiguas fronteras o marcas. El río Ebro formaba parte de la marca superior "al-Tagr al A´la" de Al Ándalus con capital en Saraqusta. El río Tajo de la Marca Media "al Tagr al Awsat" con capital en Tulaytulah "Toledo" y el Guadiana de la Marca Inferior "al Tagr al Adna" con capital en Mérida. Por tanto, cuando Toledo fue conquistada por Alfonso VI, comenzaron a saltar todas las alarmas "ya se encuentran las tropas cristianas en el Tajo".

Después de la conquista de Toledo por Alfonso VI (1085), y viendo Al Motamid que la frontera del río Tajo estaba en peligro decidió pedir auxilio a los almorávides, que el 30 de julio de 1086 desembarcaron en Algeciras. Las tropas de la taifa sevillana ayudaron, junto con tropas de las taifas de Granada y Badajoz a derrotar a los cristianos en Zalaca (1086). Sin embargo, el emir almorávide Yúsuf ibn Tafsún, requerido en África, vuelve a su reino.

Ante las nuevas desavenencias y desencuentros entre las taifas, Al Motamid en persona se dirigió de nuevo a Marrakech para pedir a Yúsuf que acudiera en ayuda de los musulmanes en Al-Ándalus. Pero Al Motamid ignoraba que la petición de ayuda a los fanáticos almorávides convertirá su hermoso destino en un final desconsolado.

El 7 de septiembre del año 1091 fue tomada Isbiliya "Sevilla" por los almorávides. El emir Ibn Tafsún ordenó que el rey depuesto fuera conducido a Marruecos y desterrado en el aduar de beduinos de Agmat, donde moriría en 1095 “extranjero y cautivo”, después de haber pasado los últimos cuatro años de su vida cargada de nostalgia y tristeza. Un hombre culto que vivía en el Alcázar se ve desterrado hacia un lugar solitario e inhóspito que le llevará a una profunda melancolía. Será el tercer y último rey sevillano de la dinastía de los abbadíes.

Al Mutamid llegaba a Tánger en tránsito hasta su triste destierro en Agmat, donde se dedicó a escribir los más bellos poemas cargados de nostalgia y melancolía, desconociendo sus habitantes su verdadera identidad. En 1095, en el aduar de Agmat, la esposa de Al Mutamid fue enterrada mientras un nuevo dolor se añadía al lacerante dolor del destierro. A los pocos meses de la pérdida de su esposa, Al Mutamid, el poeta rey, dejaba de existir y comenzaba su leyenda.

En el morabito de Agmat se encuentra la tumba de Al Mutamid a la izquierda y la de su esposa I’timad Al Rumaikyya a la derecha. Entre ambas tumbas se encuentra la de uno de sus hijos.

Allí compuso “Elegías de Agmat”, uno los más bellos poemas de dolor de la literatura universal.

“¡Sevilla, que lejos!
¡Ay, qué lejos!
¡Ay, Sevilla!
La única cadena que yo siento…”

No cabe duda de que Al Mu’tamid de Sevilla llegó a ser mejor poeta que rey. Su poesía culta, intensa y nostálgica podría considerarse una especie de autobiografía sentimental. Al Mu’tamid de la dinastía de los abadíes es considerado uno de los máximos exponentes de la poesía andalusí.



Al Mu’tamid e Itimad Al Rumaikyya, la reina poeta

Cuenta la leyenda que Al Motamid paseaba durante las tardes por la ribera del Guadalquivir junto a su amigo, consejero y poeta Aben Amar. Caminaban despacio y se paraban de trecho en trecho hablando de poesía.

Una tarde, paseando junto al puente de barcas que unía el antiguo arrabal de Triana con la antigua Isbiliya se detuvieron a contemplar el río Wad al Kabir “Guadalquivir”. Al Motamid llamó la atención de su amigo sobre la belleza que emanaba del efecto de la luz del sol de poniente sobre el agua rizada por la brisa.

Aben Amar comentó adulador:

“Una cota de oro digna de un rey”

Inspirado Al Motamid comienza a hacerle un verso y empieza:

La brisa convierte al río
en una cota de malla…

De pronto a sus espaldas una voz femenina bien timbrada con perfecta entonación y dicción, exclama:

La brisa convierte al río
en una cota de malla,
mejor cota no se halla
como la congele el frío.

Sorprendidos, se vuelven para ver quién era la que con tanta inspiración había completado la estrofa. Vieron a una joven descalza que llevaba un borriquillo por el ronzal [razan] y que sin hacerles caso se dirigió a Triana por el puente de barcas.

El rey encargó a su amigo que se enterara de quién era y a quien pertenecía la muchacha pues parecía una esclava. Y efectivamente lo era.

Se trataba de Itimad, esclava de un alfarero llamado Romaicq, por eso la llamaban "Itimad la Romaiquia".

Itimad era de Triana y se dedicaba a la faena de hacer ladrillos y tejas en el horno de este alfarero. Aunque el rey le propuso comprarle la esclava, el mercader muy a gusto se la regaló ya que decía que era muy fantasiosa y que trabajaba poco.

Así que, Al Motamid se la llevó a la antigua Dar al Imara “El Alcázar” aunque hasta ese momento el rey sólo se había preocupado por la poesía y las artes sin preocupación por las mujeres, quedó enamorado de ella hasta el tuétano [un claro “flechazo”] y la hizo su esposa. Tuvieron 3 hijos.

Itimad fue una esposa y reina prudente que consiguió logros notables como que las mujeres sevillanas se quitasen el velo del rostro en contra de la ley islámica, lo que le valdría al rey poeta enemistarse con los juristas malikíes aunque su talento natural para las artes literarias y sus ideas “feministas” fueron siempre respetados.

Cuenta la leyenda que Itimad dio muestras de melancolía, se acordaba de Triana y tenía ganas de pisar el barro como cuando fabricaba ladrillos y tejas para el mercader Romaicq.

El rey Al Motamid para no verla triste llenó el patio del Alcázar con barro perfumado con todas las especias y aromas que pudo encontrar en su reino, como azúcar, canela, espliego, clavo, almizcle, ámbar y algalia.

Allí estuvo Itimad jugando con sus doncellas un buen rato, amasando con los pies el perfumado barro al igual que lo hacía de niña en Triana, y riendo entre alegres y estrepitosas risas.

También cuenta la leyenda que en otra ocasión volvió a estar triste porque nunca había visto la nieve. El rey se la llevó a Córdoba para distraerla. En la Península no había nieve, si no era en el Norte que era tierra de cristianos, o en Granada que era tierra de Almudafar, y no era plan de molestar a nadie por un capricho.

Un día de febrero el campo de Córdoba amaneció nevado. No era nieve, pero Itimad no notó la diferencia. El rey en secreto había hecho plantar un millón de almendros frente al Alcázar viejo. Cuando ese día de febrero los almendros florecieron, el campo parecía nevado y dejó contenta a su esposa.

Itimad y Al Motamid fueron felices. Aunque él podía tener un harén porque su religión se lo permitía, ella fue su única esposa y su amor duró toda la vida de ambos, sobreviviendo a los buenos y a los malos tiempos.

Una de sus hijas Zaida, fue pedida en matrimonio por el rey Alfonso VI mediante embajadores cuando cumplió 15 años. Ésta fue enviada a la frontera con lucida escolta y tras convertirse al catolicismo y tomar el nombre de Isabel, se casó con el rey.

Al Motamid destacó por sus dotes como poeta y por su pasión por las artes y la cultura, y por eso, precisamente se quedó sin reino al abrir las puertas de Sevilla a Yusuf quien lo desterró a Marruecos.

¡Más le hubiera valido que hubiera destacado como estadista y estratega!

Los sevillanos los despidieron con pena agolpados en la orilla del río cuando partía para el destierro. Las mujeres se quitaron el velo del rostro y se lo arañaban en señal de dolor.

Itimad estuvo con su marido no sólo durante los años de esplendor, sino también en los momentos duros; lo acompaño al destierro. La reina de nuevo volvió a vivir en la miseria como cuando era la Romaiquía de Triana, una simple esclava.


Invisible a mis ojos, siempre estás presente en mi corazón.

Tu felicidad sea infinita, como mis cuidados, mis lágrimas y mis insomnios.

Impaciente al yugo, si otras mujeres tratan de imponérmelo, me someto con docilidad a tus deseos más insignificantes.

Mi anhelo, en cada momento, es tenerte a mi lado: ¡Ojalá pueda conseguirlo pronto!

Amiga de mi corazón, piensa en mí y no me olvides aunque mi ausencia se larga.

Dulce es tu nombre. Acabo de escribirle, acabo de trazar estas amadas letras.

Al Motamid a su esposa



Monumento a Alfonso VI en Toledo


ALFONSO VI y ZAIDA "UNA BELLA HISTORIA DE AMOR"

Una verdadera historia de amor entre el rey cristiano Alfonso VI y una bella princesa musulmana, hija del rey taifa de la antigua Isbiliya "Al Motamid". Es posible que haya sido no sólo una hermosa historia de amor de la España medieval, sino de la España de todos los tiempos.

El rey Motamid tuvo una hija de su esclava favorita Itimad conocida como "la Rumayqyya", a la que le pusieron el nombre de Zaida, siendo de una belleza espectacular. Se educó en una corte refinada y exquisita, recibiendo clases de canto, música, poesía, relaciones sociales, etcétera, lo que la convertiría en una mujer inteligente y discreta, que causaba admiración. Al Motamid era tributario de los reinos del Norte, en concreto del poderoso Alfonso VI.

Cuando Zaida contaba con tan sólo 12 años, entró en los acuerdos políticos que Al Motamid intentaba cerrar con Alfonso VI, quien aceptó a la joven como futura prometida, puesto que estaba casado con Inés de Aquitania, que se encontraba enferma.

La princesa Zaida llevaba como dote numerosas plazas fuertes: Alarcos, Consuegra, Uclés, Ocaña, Huete, Cuenca...lo que hacía aún más deseable el matrimonio y Alfonso VI no estaba dispuesto a renunciar a ello bajo ningún concepto.

Pero el tiempo pasaba y la boda no llegaba a concretarse. Un delegado de la orden religiosa de Cluny intentó disuadir a Alfonso VI de su casamiento con una mora, cuando bien podría hacerlo con una princesa cristiana, como por ejemplo, con Constanza de Borgoña.

En 1091 Zaida se desplazó a Castilla con un mensaje desesperado de su padre Al Motamid. El reino de Sevilla estaba en grave peligro de caer en manos de los almorávides, y Al Motamid le enviaba a su mejor embajadora "Zaida", para que animara al rey castellano a acudir en su ayuda.

Pero nada se pudo hacer, cuando la princesa andalusí llegó a la corte castellana, se recibieron noticias de que Sevilla había caído y Al Motamid, como el resto de la familia real, eran prisioneros de los almorávides.

Zaida quedó sola, en tierra extraña, y se acogió a la protección de su eterno prometido, el rey Alfonso VI. La pasión que sentían el uno por el otro les acabaría por unir definitivamente.

En 1094 tuvieron un hijo, el infante don Sancho, que se convertiría en el heredero a la Corona. Zaida decidió renunciar al islamismo y se bautizó con el nombre de Isabel.

Alfonso VI esperaría veintidós años, hasta que en 1099 murió la reina Berta de Borgoña y al fin, Alfonso VI contrajo matrimonio con la amada de su corazón. El 14 de mayo de 1100, se casaron y su hijo quedó legitimado. El rey tenía un heredero por el que corría la noble sangre de cristianos y musulmanes, una ocasión de oro para el entendimiento entre ambas culturas.

Pero la felicidad de los tres fue muy corta. Apenas siete años después, cuando la reina Isabel tenía 41 años, enfermó y murió al poco tiempo. Alfonso, que ya era muy mayor, quedó desconsolado, pero ella, por lo menos, se libró del dolor de ver morir a su hijo, un año más tarde, en la terrible batalla de Uclés. Ese dolor quedó por entero para Alfonso, que en breve tiempo perdió a los dos seres que más quería en este mundo.

Zaida fue enterrada en el panteón de los reyes de León, en San Isidoro, y más tarde fue llevada a Sahagún. El pueblo la respetó y con ella murió una bella historia de amor que fue más allá de la cultura, de la religión y de los condicionamientos sociales...y que hizo lo que era aún más difícil: esperar y superar el paso del tiempo.




La Torre del Oro [Bury al-dahab]

Ubicada en la margen izquierda del río Guadalquivir “Wad al Kabir” evoca la época de Al Motamid cuando paseaba junto al puente de las barcas que conectaba la antigua Isbiliya con el arrabal de Triana, permitiendo llegar al Aljarafe "Al-Xaraf". El brillo dorado que proyectaba la Torre del Oro era la consecuencia de que los rayos del sol se reflejaban en el mortero de cal mezclado con paja prensada. 

La Torre del Oro de origen almohade es una torre albarrana de doce lados [entre 1220 y 1221]. El segundo cuerpo fue mandado a construir por Pedro I a mediados del siglo XIV y el tercer cuerpo fue construido en 1760. Actualmente se encuentra el "Museo Naval Torre del Oro". Se encontraba unida a la Torre de la Plata octogonal y a la torre de Abd el-Aziz, hexagonal hasta llegar al Alcázar unidas por grandes lienzos de murallas como baluarte defensivo. 


El río Guadalquivir desde la Torte del Oro

La Torre del Oro tenía una enorme importancia geoestratégica ya que protegía el puente de barcas que unía la antigua Isbiliya con Triana [Atrayana que significa "más allá del río"]. La Torre del Oro y la de la Fortaleza, en Triana se encontraban unidas a través de una cadena, que sería la que partieron los marinos de Ramón Bonifaz en 1248 durante la toma de Sevilla. 

Entre 1184-1198 se construye la Mezquita Aljama de la Antigua Isbiliya y su alminar. Se conservan partes en el Patio de los Naranjos y en los tercios inferiores de la Torre Giralda realizada principalmente con ladrillos. En 1248, tras la Reconquista del Rey Fernando III El Santo, la mezquita se consagra como Catedral.

La Torre del Oro sufrió grandes desperfectos con el terremoto de Lisboa de 1755 siendo restaurada en 1760 por el ingeniero militar Sebastián Van der Borcht, autor de la fachada de la Fábrica de Tabacos de Sevilla, quien proyectó el tercer y ultimo cuerpo de la Torre del Oro con la linterna cilíndrica que la remata.



La Giralda con su elevada altura nos observa entre los efluvios del jazmín y azahar  que brotan en el Patio de los Naranjos, y que estimulan e impregnan nuestros sentidos. Siempre que se observen paños de sebka debemos de entender que pertenecen al siglo XII, de estilo almohade.


La Giralda de Sevilla, junto a la Catedral y cercana al Alcázar

Los alminares musulmanes se encuentran generalmente orientados en dirección SE mientras que el altar de la iglesia cristiana se encuentra orientado hacia Oriente (E) donde nace el sol y la luz mientras la puerta principal se encuentra orientada al oeste o poniente. En Sevilla existen varios alminares destacando el de la iglesia Omnium Sanctorum, en la calle Feria, que fuera levantada hacia 1250, sobre una mezquita de época almohade pudiéndose observar  en su fachada norte una decoración con paños de sebka y atauriques en la fachada de poniente. Otro alminar se encuentra en el Patio de los Naranjos junto a la Iglesia del Salvador que serviría para que el almuecín llamara a los fieles de la antigua mezquita aljama de Ibn Adabbas. Y otro, en la iglesia de Santa Catalina...


La Torre Hassan de Rabat es muy similar a su “hermana gemela” de la Giralda de la antigua Isbiliya “Sevilla” sin el cuerpo de campanas. Fue mandada a construir por el califa almohade Yaqub al-Mansur que proyectaba construir una de las mezquitas más grandes del mundo, pero las obras fueron abandonadas tras su muerte en 1199. Su altura debería de alcanzar más de 60 metros, aunque se quedaría en sólo 44. 



La torre de Kutubiya de Marrakech [1141] llamada Mezquita de los Libreros -kutub en árabe significa libro- es un ejemplo del arte almohade del siglo XII. Fue mandada construir por el monarca almohade Yaqub al-Mansur, cercana a los 70 metros de altura. Es de planta cuadrada y sirvió de modelo para la construcción del minarete sevillano “La Giralda” que tiene una altura de 97,5 metros.

Los dos alminares de Kutubiya y de la Giralda fueron levantados en tiempos del califa bereber Yaqub al-Mansur, destacando por su belleza y grandiosidad. La de Koutoubia se convirtió en el punto más elevado de Marrakech no pudiendo superar ningún otro edificio la altura del alminar.

En Sevilla, durante la época de construcción de la Plaza de España existía una leyenda urbana que decía que no podía haber un edificio en Sevilla por encima de la cota de la Giralda. Durante las obras de la Exposición Iberoamericana de 1929, la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría se opuso a la gran altura de las Torres que flanquean la Plaza España (74 metros) por rivalizar con la Giralda (104 metros). Hoy en día son un símbolo de la ciudad hispalense y no se concebiría esta gran plaza sin sus dos bellas torres. 

Actualmente existen varios edificios que sobrepasan la altura de la Giralda como son la Torre Sevilla con 180 metros, el Puente del Alamillo con 140 metros o el conocido popularmente como Puente del V Centenario, con 120 metros.

Lo primero que nos encontramos en la parte baja del alminar de la Giralda son dos grandes azulejos [azzuláyg o ladrillo vidriado] en castellano y árabe donde se menciona la obra del califa Abu Yusuf Yaqub al-Mansur a su alarife Ahmad Ibn Baso al que ordena la erección de esta Sawmua o torre, en 13 de safar, febrero del año 580 de la Hégira (26 de mayo de 1184 d.C.) terminando la edificación Alí Al Gumari a finales del año 593 Hégira (19 de marzo de 1197).

El 18 de julio de 1198 ondea por vez primera en el alminar de la mezquita aljama de la antigua Isbiliya una bandera verde y blanca que representaba la unidad. El color blanco almohade junto al verde omeya -por la colaboración andalusí-. 

La primera referencia escrita que se conserva de una bandera de similares características a la de Andalucía pertenece al reinado de Al Mutasim de la taifa de Almería en el siglo XI (año 1051). Posiblemente nos encontramos ante la bandera más antigua de toda Europa.

Abu Yusuf Yaqub al-Mansur (1184-1199) fue hijo de Abu Yacub Yusuf, Yusuf I. El sobrenombre de al-Mansur le viene del año 1195 cuando las tropas almohades derrotaron a las cristianas de Alfonso VIII de Castilla en la batalla de Alarcos (19 de julio de 1195) coincidiendo su reinado con el máximo esplendor almohade en la Península Ibérica.

Ante esta victoria el emir Abu Yusuf al-Mansur decide rematar el alminar de 76 metros de altura con un yamur que significa plenitud (tres círculos grandes y uno más pequeño). Los viajeros podían ver el reflejo de los rayos del sol desde muchos kilómetros de distancia.

¡Cabe imaginar el esfuerzo que tendría que hacer el almuédano [al-muecín] para ascender las treinta y cinco rampas del alminar de la Giralda de la antigua Isbiliya, aunque fuese montado en un caballo o una acémila, para llamar a la oración a los fieles musulmanes!

La Giralda es la reina de las torres del mundo y símbolo de Sevilla, donde se fusiona magistralmente el arte almohade original de la torre con el campanario cristiano. Fue alminar de la Mezquita Mayor empezado a construir en 1184.


 La Giralda tiene una cimentación de 12 metros 


Cristianización de la Giralda

Ya llora al ver sus vergeles
y al ver sus vegas lozanas
ya marchitas,
y que afean los infieles,
con cruces y con campanas,
las mezquitas.

Abul Beka, poeta rondeño del siglo XIII


El Cabildo encomendó al arquitecto Hernán Ruiz II un nuevo proyecto de remate, unificando el estilo almohade con el renacentista, realizado entre 1558-1568. En su parte más elevada se encuentra una imagen de Fe “El Giraldillo” en bronce, que gira en forma de veleta.

El cuerpo cristiano está compuesto por cuatro templetes superpuestos, construidos con ladrillo, cantería y adornos de cerámica y cerrajería. El primero es el cuerpo con 24 campanas con capacidad de volteo para las exteriores. Este cuerpo está rematado en las cuatro esquinas con jarras de azucenas, en bronce. Sigue el Cuerpo del Reloj, instalado en 1765 por el franciscano fray José Cordero, de origen dórico, del que cuelga la campana 25, la del reloj. A continuación, el Cuerpo de las Estrellas, de orden jónico. Viene después el Cuerpo de las Carambolas, sobre el que existe una cúpula, “la Tinaja”, que sirve de soporte al Giraldillo.

La obra se encuentra coronada por el Giraldillo, una veleta en forma de mujer que simboliza una alegoría del triunfo de la fe. Hubo que añadir diecisiete escalones para desembocar junto a los miradores del campanario de la Giralda. Los tañidos de las 24 campanas otorgan gran solemnidad al mayor templo gótico del mundo.


El nombre oficial desde 1568 es “Victrix Fidei Colossvm” 

La Giralda de Sevilla se llamó "Giraldillo" durante los siglos XIX y XX.


Veleta de bronce de la Giralda

Fue realizada por el escultor José Antonio Márquez, por iniciativa del Excmo. Cabildo Metropolitano de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla para sustituir a la original durante su restauración por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en el Instituto del Patrimonio Histórico.

Se instaló en lo más alto de la torre el 29 de enero de 1999. Se bajó y se instaló aquí el 15 de junio de 2005. Es copia fiel del original fundido por Bartolomé Morel en 1568, según el vaciado que se hizo en 1981 cuando, por vez primera se pudo estudiar de cerca pues hasta el 30 de octubre de 1980 no se le pudieron realizar fotografías de cerca.

Desde el exterior destaca en la Giralda su planta cuadrada sobre cimientos en piedra, con una magnífica obra de ladrillos con los paños de sebka o redes de rombos sobre arcos polilobulados y arcos de herradura enmarcados por el alfiz, marco que rodea la parte exterior de los arcos, con un perfecto eje de simetría entre ventanas geminadas [idénticas], balaustres renacentistas y arcos entrecruzados rematado todo el antiguo alminar por un bello campanario renacentista como forma de cristianizar tan bello monumento.

Desde el campanario renacentista se puede observar una bella panorámica de la ciudad de Sevilla, brillando con luz propia las murallas del Alcázar con sus bellos jardines del grutesco y palmeras árabes, las cubiertas de la Santa Catedral, la Puerta del Perdón junto al Patio de los Naranjos, la Plaza de España, el Parque de María Luisa y la Torre del Oro junto al río Guadalquivir, dándonos la sensación de estar ante un verdadero oasis dentro de la Sevilla moderna.


Los alcorques son agujeros alrededor de los árboles para almacenar el agua de riego. El agua sobrante se devolvía al río a través de las acequias denominadas azarbes [assarb].

Desde la parte baja de la Giralda salimos por la Puerta del Lagarto que nos introduce en el Patio de los Naranjos o antiguo patio de las abluciones de la antigua mezquita aljama.

Debe su nombre a un cocodrilo que colgaba de las vigas del techo. Cuenta la leyenda que allá por el año 1260, un sultán de Egipto envió una embajada al rey Alfonso X “el Sabio” con diversos presentes, entre ellos un cocodrilo del Nilo, para pedir la mano de su hija Berenguela, rechazando la propuesta el rey. Se trata de una réplica en madera de un cocodrilo auténtico disecado que presidía la nave y que la sabiduría popular la bautizó como "Puerta del Lagarto".



La Puerta del Perdón fechada en 1196 era el antiguo acceso a la Mezquita Aljama. Realizada con dos grandes hojas de madera de cedro revestidas con chapas de bronce se encuentran con motivos de lacerías y atauriques. Posee inscripciones de los versículos del Corán.




En la parte superior de la fachada se puede apreciar un bello relieve realizado por Miguel Perrín entre 1519-1522 que representa la expulsión de los Mercaderes del Templo. La puerta se encuentra flanqueada por el arcángel Gabriel, San Pedro, San Pablo y la Virgen Anunciada como forma de cristianizar dicha Puerta de origen almohade.

En la parte central del Patio de los Naranjos destaca una fuente visigoda. Entre efluvios de incienso y azahar salimos por una bella puerta almohade del siglo XII, denominada la Puerta del Perdón.



La Buhaira [Al-Buharia]

Bajo el reinado de Al Motamid se decidió desecar una laguna que ocupaba la zona que hoy conocemos como La Buhaira “al-buhaira” que significa “laguna”. Gracias a tres botánicos [Ibn-Bassal, Abu I-Jair e Ibn Hayay] se convertirá en una zona de recreo donde se harán diversos experimentos agrícolas al ser los musulmanes grandes expertos en la cultura del agua.

A partir del siglo XII, este terreno se ampliará bajo el Califato de Abu Yacub Yusuf, quien dotará a la zona de olivos, palmeras, viñas, árboles frutales y lo más importante: un palacio y jardines en la zona “almunya”, creando así una pequeña Medina Azahara en Sevilla. El agua con el que se mantenían estos jardines provenía del acueducto de los Caños de Carmona [de origen romano y reconstruido por los almohades] y de una alberca que había. El palacio de verano de al-buharia llegaría a ser un lugar idílico para los reyes árabes.

Al Mutamid (Beja, 1040 - Agmat, 1095) fue rey de la antigua taifa de Ishbiliya (Sevilla) entre 1069-1090 y último rey abadí, segundo hijo y sucesor de al-Mutadid I (1042-1069). Se convirtió en heredero cuando su hermano mayor fue mandado a ejecutar por su padre por una presunta traición. Fue educado por el poeta Abu Bakr Ibn Ammar en Silves (Algarbe).

Su abuelo Abú al Qasim Muhammad ibn Abbad, descendiente de una estirpe real, se proclamó emir de Sevilla. Eran las primeras décadas del año mil. Los reyes abadíes se apoderaron del Algarve, Huelva, Algeciras, Ronda, Sevilla, Córdoba, parte de Jaén y Murcia. Durante este largo periodo de tiempo, Sevilla se convirtió en un gran centro de la cultura.

En el segundo año de su reinado, al-Mutamid anexionó la taifa de Córdoba, a cuyo frente puso a uno de sus hijos. Esta anexión supuso una amenaza para la taifa de Toledo, cuyo rey, Al-Mamún, apoyó a un aventurero, Ibn Ukkasha, que en 1075 se apoderó de la ciudad y ejecutó al joven príncipe. Al Mamún de Toledo tomó posesión de la ciudad, en la que murió seis meses después. Durante tres años al-Mutamid trató de reconquistar Córdoba, lo cual consiguió en 1078, al tiempo que todas las posesiones de la taifa de Toledo situadas entre el río Guadalquivir y Guadiana pasaron a formar parte del reino de Sevilla.

En la corte de Al Motamid gozaron de favores poetas y personajes dedicados al campo de la cultura como Ibn al-Labbana de Denia, Ibn Zaydún o el propio visir y poeta Ibn Ammar de Silves (1031-1086) e intelectuales de la talla de Ibn Hazm (994-1063) “El collar de la Paloma”, una de las figuras centrales de la cultura andalusí, el geógrafo al-Bakrí junto con el astrónomo y geógrafo Azarquiel (al-Zarqali).

En poco más de 50 años, la taifa de Sevilla gozó de un esplendor económico, social y cultural, no faltando las intrigas palaciegas. Un reino habitado por un mosaico étnico entre árabes, bereberes, muladíes, mozárabes y judíos, aprendiendo a convivir. 



Alejandro Guichot dibujó en 1910 una hipótesis sobre los tres estados de la Giralda. Una Primera torre de la izquierda, coronada por el yamur representa el alminar de la Mezquita Mayor terminado por los almohades en 1198. En el centro la Giralda actual después de las reformas de 1568 y 1890. La tercera es la torre y el campanario de la Iglesia Mayor cristiana anterior a su reforma renacentista.

Existen alminares consideradas hermanas de la Giralda como el gran alminar de la mezquita de la Kutubiyya de Marrakech (1199) coronado por el yamur como reflejo de un rico pasado y el alminar inacabado de la Mezquita de Al-Hassan de Rabat (1195).



El estilo gótico era una conexión con Dios y los pináculos conectan con lo divino, con Dios. La inscripción «Turris Fortissima Nomen Domini», una palabra en cada una de las  caras de la Giralda, y corresponde al Proverbio 18 "La torre más fuerte es el nombre del Señor". 

De ahí proviene el término latino Nomen Domini "NO DO" [En el nombre de Dios], similar a NO DO "No me ha dejado", lema del Ayuntamiento de Sevilla como ejemplo de lealtad de la ciudad hispalense al rey Alfonso X el Sabio.





En tiempos del Imperio español, la justicia ordinaria era considerada muy severa. La milicia buscaba amparo en los tribunales castrenses mientras que el clero lo buscaba en los tribunales eclesiásticos. Los que no formaban parte ni del ejército ni del clero buscaban el “derecho de asilo” en los templos en busca de protección.

Para delimitar la influencia entre la jurisdicción eclesiástica y la civil se colocaron a partir del año 1565 las cadenas que rodean a la Catedral de Sevilla “Derecho de Asilo”, que marcaba la frágil línea entre el territorio eclesiástico, de los que huían de la justicia civil. Las cadenas también tenían como “efecto colateral” impedir a las caballerías entraran en el templo. 




Los mercaderes de Sevilla se reunían junto a las gradas de la Catedral. Cuando las inclemencias meteorológicas dañaban sus intereses, los mercaderes penetraban incluso con sus acémilas en el interior del templo sagrado olvidándose de que éstas aliviaban sus esfínteres proyectando sus abundantes micciones y defecaciones sobre territorio sagrado, lo que lógicamente molestaba al clero, quienes se quejaron amargamente al rey Felipe II por tan desagradables situaciones. 

El rey encargó al arquitecto real Juan de Herrera la construcción de la Casa Lonja para que en su interior se reunieran los mercaderes. Comenzó a edificarse en 1583, siendo diferentes arquitectos los que intervinieron en su construcción. Por tanto, se podría decir que los sucesos que ocurrieron en la Catedral tuvieron como consecuencia la construcción de lo que hoy es el Archivo General de Indias. Se da el caso de que el prestigioso arquitecto Valdelvira fue ayudante.


Breves pinceladas sobre la Catedral de Sevilla, antigua Mequita Aljama 

“Hagamos una Iglesia
que los que la vieren labrada nos tengan por locos”

Canónigos de Sevilla en 1401


Muy cerca de la antigua Dar al-Imara se encuentran las antiguas mezquitas aljamas de la antigua Ishbiliya con su alminar [actualmente Catedral de Sevilla] y la mezquita aljama de Ibn Adabbás con su alminar [Iglesia del Salvador].


La longeva historia de la Catedral de Sevilla abarca varios periodos de construcción:

· 1184 a 1198. Construcción de la mezquita mayor de Sevilla y de su alminar. Se conservan partes en el Patio de los Naranjos y en los tercios inferiores de la Giralda. Se hizo con ladrillos.



· 1248 a 1401. La mezquita se consagra como Catedral.

· 1434 a 1517. Obras en la Catedral gótica. Comenzaron por la parte Oeste. Se hizo con piedra.

· 1528 a 1601. Obras renacentistas en la Capilla Real, Sacristía Mayor, Sala Capitular y sus anexos. Destacan la de los cuerpos superiores de la Giralda, obras de Hernán Ruiz Jiménez entre 1558 y 1568.

· 1618 a 1758. Barroco de la Catedral: Parroquia del Sagrario y dos capillas menores del mismo lado.

· 1825 a 1928, Las últimas obras significativas de la Catedral: tres portadas mayores y el ángulo suroeste.

Muy cerca de la Catedral se encuentra el Archivo General de Indias



Aldaba [aḍ-ḍabbâ] procedente de las puertas de la Mezquita de Ibn Adabbás. Siglo XI


Iglesia del Salvador [antigua Mezquita de Ibn Abaddás] 

En el Museo Arqueológico de Sevilla se encuentra un fuste romano de mármol con epígrafe árabe que conmemora la fundación de la Mezquita de Ibn Adabbás. Iglesia del Salvador. Se compone de cinco líneas de caracteres cúficos de tipo arcaico escritos paralelamente al eje vertical de la columna:

‹‹Dios tenga misericordia de Abd al-Rahmán b. al-Hakam, el emir justo, el bien guiado por Dios, el que ordenó la construcción de esta mezquita, bajo la dirección de Umar b. Adabbas, qadí de Sevilla, en el año 214 (11-3-829/27-2-830). Y ha escrito esto Abd al-Barr b. Harun.››

En el año 230 H (844) los normandos “mayús” remontan el Guadalquivir arrasando la antigua Isbilya y la mezquita aljama de Ibn Adabbás en tiempos de Abd al-Rahmân II, el cual movilizó sus tropas venciéndolos en la “Batalla de Tablada".

La Mezquita Aljama de Ibn Adabbás ha sido objeto de varias restauraciones, entre las que destacan la del año 472 H (1079-1080), llevada a cabo tras un terremoto que destruyó la parte alta de la torre, y la del año 592 H (1196-1197), efectuada cuando la nueva mezquita aljama (hoy Catedral) estaba ya construida.

La construcción de la Mezquita Mayor de Adabbás se realizó siguiendo las normas de Mahoma, que propugnaba el arrasamiento de los templos anteriores con reaprovechamiento de sus materiales, y se trazó un templo musulmán según el modelo oriental.

La estrategia política de los andalusíes consistió en colocar en el centro urbano de la Medina o ciudad el palacio del gobernador y la Mezquita Aljama o Mezquita Mayor, que acogía a toda la población adulta para el rezo de los Viernes.


Patio de los Naranjos de la antigua Mezquita de Ibn Abaddás
 Iglesia del Salvador de Sevilla


Así encontramos en la antigua Mezquita Aljama “Mayor”: una sala hipóstila con fustes y capiteles romanos. El edificio, rodeado por muros en el centro histórico de la antigua Ishbilya “Sevilla” tenía el acceso principal a través del antiguo alminar situado al norte, en el lado opuesto de la quibla de 10 m. de altura y 2 m. bajo tierra -ubicada en la actual calle Córdoba- que da acceso al “Patio de los Naranjos”. Desde el alminar el almuecín llamaba a los fieles a la oración. Junto a los muros de la mezquita aljama se encontraban adosados los comercios y pequeños talleres artesanos.

La Mezquita estaba compuesta por dos espacios rectangulares de similar superficie. El situado al norte constituía la antesala del edificio, y su función era la realización de las abluciones rituales antes de los rezos. Este patio de las abluciones “sahn” orientado en dirección Este-Oeste, -tiene un tamaño de unos 22 metros en este eje y unos 12 en el eje menor-, lo mandó a construir Abd al-Rahman II en el 829 y estaba rodeado por galerías debiendo utilizarse también como plaza pública. La sala de oración estaba abierta con arcadas a este espacio abierto. Se componía de nueve naves de igual medida, excepto la central, más ancha y alta, que indicaba el camino espiritual hacia el muro de oración y nicho sagrado situado en el muro de la quibla, el mihrab. En el centro del patio de las abluciones se colocó una fuente.

Todas las mezquitas andalusíes tienen su dirección de rezo hacia el sur, posiblemente por tradición de la orientación de las mezquitas omeyas de Siria. Los arcos que soportaban la techumbre eran de herradura y bicromos, como en la Mezquita de Córdoba.

También destaca "Las dos aldabas" ambas de bronce e idénticas de la puerta principal de la Mezquita Aljama de Ibn Adabbás, que se encuentran en la actualidad en la puerta de la sala de exposición dentro de las dependencias de la Hermandad Sacramental del Salvador. Estas aldabas penden de la boca de un felino, cuya cabeza es sustentada por una moldura en forma de pirámide octogonal, fijados a las hojas de la puerta por medio de un polígono estrellado.

Cuando los castellanos conquistaron Sevilla en 1248 cristianizaron las mezquitas colocando en primer lugar las campanas en los alminares cambiando el eje de oración “norte-sur” en “este-oeste”.

El Patio de los Naranjos de la antigua mezquita aljama de Ibn Abaddás (Iglesia del Salvador de Sevilla) con su alminar en la calle Córdoba nos proyecta de nuevo aquel esplendoroso pasado andalusí.

La antigua mezquita de Ibn Adabbas en la Iglesia del Salvador con el alminar en la calle Córdoba junto con las dos antiguas aldabas con cabeza de león pertenecen también al legado andalusí que otorgó esplendor a la antigua Ishbiliya.


En definitiva, Al Ándalus no fue un paréntesis en la Historia de España, sino que gran parte de nuestra identidad histórica y cultural se comienza a labrar durante aquella brillante civilización, que la convirtió en faro de Occidente en el mundo intelectual cuando Europa se encontraba aún en las tinieblas.

Negar la evidencia, tan sólo contribuirá a cimentar nuestra propia ceguera.

El color verde de la bandera de Andalucía corresponde al color de los omeyas y el blanco, al imperio almohade. Dos de las épocas con mayor esplendor de un poder político en el territorio de la actual Andalucía según la óptica de Blas Infante como máximo ideólogo del andalucismo político.





Nuestra particular visita a los Reales Alcázares


Sobre las 5 p.m. atravesamos la muralla por la denominada Puerta del León, de estilo almohade, que nos permite llegar hasta el Patio de la Montería con la impresionante fachada del palacio mudéjar del rey D. Pedro I llamado el Cruel o el Justiciero (1364-1367).

El patio principal del Alcázar y funciona como distribuidor de edificios palaciegos: el Palacio Mudéjar, el Palacio Gótico y la Casa de la Contratación. Recibe este nombre porque allí se reunían los monteros reales para salir a cazar.

Pedro I lo construye en 1364. Bajo la solería de este patio se encuentran los cimientos de los palacios almohades del siglo II. En el lado occidental se establece la Casa de la Contratación de 1503 construida por Antón Sánchez Hurtado. El lado oriental es edificado por el arquitecto Sebastián Van der Brocht en 1755 tras el terremoto de Lisboa.


La portada queda cobijada bajo un enorme alero de madera de mocárabes



En el Patio de la Montería nuestro cicerón comienza a explicarnos el plato principal del día "Los Reales Alcázares de Sevilla" a través de sus diversas etapas históricas.

Haciendo una breve historia el califa Adberramán III mandó levantar la antigua “Dar al-Imara” o “Casa del Gobernador” en la antigua Isbilya sobre un asentamiento romano y visigodo que con el tiempo se convierte en el núcleo original del Alcázar "al qasr".

Fue trazado por el alarife [al-arif] Abdallah ben Sinan el siriaco (913-914) con una cerca de murallas orientadas hacia lo que hoy conocemos como el Patio de Banderas. Durante la dinastía Banu Abbad (1023-1091) se amplía el recinto califal hacia el poniente buscando el río Guadalquivir [Wad al-Kabir], denominados “al-Qasr-al-Muwarak” [alcázar de la bendición] y “al-Qasr-al-Zahi” [alcázar de la prosperidad].

En la antigua Isbilya existieron dos grandes mezquitas aljamas. Una en tiempos de los almorávides, en la Iglesia del Salvador y otra en tiempos de los almohades, donde se encuentra la Catedral y la Giralda.

Será durante la etapa almohade (1147-1248) cuando la antigua Isbilya alcance su mayor esplendor y se convierta en la capital del nuevo imperio. Los andalusíes implantaron las bases de una arquitectura diferente que renovó toda la construcción propiciada por Abu Yacub Yusuf y Ahmad ben Basso “el príncipe de los alarifes”, oriundo de una familia de mozárabes toledanos, siendo considerado el más grande arquitecto del siglo.

Califas almohades

· Abd al-Mumín (Sevilla, 1148-1163).
· Abu Yacub Yusuf (1163-1184).
· Abu Yusuf Yaqub al-Mansur (1184-1199).
· Abu Abdalá (1199-1213).


En el segundo cuerpo de la fachada principal existe una leyenda en caracteres árabes:

"Gloria a nuestro señor el sultán don Pedro ayúdele Allāh y le proteja"

La fachada mudéjar responde a una organización tripartita. La portada central, de piedra almohadillada, flanqueada por arcos ciegos polilobulados formando paños de sebka. 



En la planta baja nos encontramos la Casa de Contratación (1503) para el Nuevo Mundo, donde se puede apreciar el Salón del Almirante y el retablo de la Virgen de los Mareantes o Navegantes, de Alejo Fernández (Renacimiento 1531-1536) y una maqueta de un barco de la época.



La Virgen de los Navegantes preside la Sala de Audiencias. María, la Virgen de los Navegantes [o Mareantes] se eleva sobre los mares, cubriendo con su manto a los españoles que esperaban los vientos alisios para realizar tan peligrosa travesía. La Virgen María con su manto une dos continentes bajo su protección. Aunque la identificación de los personajes es discutible, se encuentran arrodillados a la derecha de la Virgen, Fernando el Católico, en primer término, acompañados del obispo Fonseca y el canónigo Sancho de Matienzo; en su izquierda, Cristóbal Colón, y tres de los cuatro pilotos que asistieron a la Junta de Burgos: Américo Vespuccio, Yáñez Pinzón y Juan de la Cosa o Solís”.

En la parte de abajo se representan los siete tipos de navíos que existían en esa época. El artesonado es del siglo XVI con motivo decorativos renacentistas.


Salón del Almirante

En el Almirantazgo de Castilla se guardaban las riquezas que provenían de América

Debe su nombre al Tribunal del Almirantazgo de Castilla que tuvo su sede aquí. Era una parte de la “Casa de Contratación de las Indias”, institución fundada en el Alcázar de Sevilla en 1504 por Isabel la Católica tras el descubrimiento de América para a regulación del comercio entre España y el Nuevo Mundo.

Sevilla fue el puerto elegido por la reina por la seguridad que ofrecía frente a posibles ataques piratas, convirtiendo a la ciudad en Puerto y Puerta de América, y capital europea del comercio durante el siglo XVI. Aquí fue donde el piloto Mayor Américo Vespucio, Magallanes y Elcano trazaron la primera vuelta al mundo, y Juan de la Cosa realizó el primer mapa mundi de la historia. Esta sala está decorada con pinturas de temática histórica del siglo XIX y principios del XX. Actualmente se ha convertido en un salón de conferencias.


Cuarto Real Alto

En la zona derecha se puede apreciar una magnífica escalera con paños de azulejería [az-zulaig] que nos lleva al piso superior “El Cuarto Real Alto” donde se encuentra el Oratorio de Isabel la Católica con su altar cerámico.

Sevilla y Triana con su barrio alfarero fueron un gran centro de producción cerámica en el pasado. La Granada nazarí [siglos XIII al XV] protagoniza los revestimientos vidriados de su arquitectura.

En el Alcázar de Sevilla se alojaron reyes pertenecientes a las dinastías españolas como el rey Don Pedro I de Castilla, los Reyes Católicos, el emperador Carlos V, Felipe II o Felipe V.

Actualmente es la residencia oficial de SS.MM. los Reyes de España durante sus visitas a Sevilla.

Sala de Justicia y el Patio del Yeso

Junto al Muro almohade se encuentra la Sala de la Justicia y el Patio del Yeso, obra del alarife ‘Alī al-Gumārī, que conserva las yeserías más antiguas del Real Alcázar



Palacio Gótico. Sala de las bóvedas

Fernando III no tuvo oportunidad de realizar obras. Alfonso X el Sabio (1252-1284) manda a construir sobre un antiguo palacio almohade el Palacio Gótico:
 
Patio del Crucero, Salón de Tapices y Capilla, Sala de Bóvedas y Baños de Doña María de Padilla.

La Sala de las Bóvedas representa el triunfo del ideario cristiano frente al pasado musulmán.

Tras su victoria en la batalla del Salado Alfonso XI ordena construir la Sala de Justicia [mudejarismo civil en Andalucía] y posteriormente su hijo Pedro I el Cruel o el Justiciero, continúa la línea arquitectónica implantada por su padre y construye su palacio entre los años 1364 y 1366 con alarifes y carpinteros de origen musulmán, procedentes de Sevilla, Granada y Toledo, con materiales perecederos como la cerámica, el yeso y la madera, respetando la máxima coránica que impide hacer obras eternas.

“… ningún humano puede hacer competencia al Creador”

Nos encontramos ante un edificio artísticamente musulmán, con simetría islámica a través de elementos geométricos y vegetales, aunque históricamente cristiano.




Destaca el Patio de las Doncellas y el Salón de Embajadores con su bella cúpula [Diego Ruiz] de 1427 que simboliza el cielo. Es una obra maestra del arte mudéjar andaluz por su magnífica ornamentación de yeserías y atauriques.




Desde el Jardín del Crucero, paseamos hasta los Baños de Doña María de Padilla hasta llegar hasta el Estanque de Mercurio con la Galería de los Grutescos para deleitarnos con una bella panorámica de sus jardines entre innumerables palmeras bajo los efluvios del azahar. 

Terminamos la visita visitando el Salón de Tapices y el Patio del Crucero para salir por el Apeadero, antiguas caballerizas, y salir al exterior por el Patio de Banderas, donde la Giralda nos observa mirando al cielo.

Tras salir de los Reales Alcázares por el Patio de Banderas con la Giralda y la Catedral como testigo de nuestra presencia, paseamos por la Judería y el Callejón del Agua que desembocaba en el adarve exterior de la antigua Dar al Imara en los Jardines de Murillo donde comenzamos a otear la Universidad de Sevilla frente a la cual se encontraba el momumento del Cid, antiguo quemadero del Prado [La Inquisición] para que nuestro bus nos acerque de nuevo a nuestro punto de origen ubicado en la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco.

No hace falta recordar que en Sevilla [que no siempre tuvo un color especial] mueren durante la Inquisición casi dos mil personas por culpa de la ortodoxia cristiana. Desde el Castillo de San Jorge, antigua sede de la Inquisición española, venían los reos en procesión hasta la Plaza de San Francisco donde eran juzgados por la Inquisición. La sentencia era cumplida por el brazo secular y si eran sentiados a la pena de muerte se dirigían al Quemadero del Prado o de Tablada. La beata Dolores será la última hereje quemada en Sevilla el 24 de agosto de 1781.


Desde el Patio de los Naranjos de la antigua Dar al-Imara acompañando al Aula de la Experiencia de Morón, para el blog de mis culpas...


Aula de la Experiencia de Morón





Términos interesantes

  • Muladíes: Habitantes de la Península que abrazaron la religión musulmana en Al Ándalus.
  • Mozárabes: Cristianos que vivían en el reino musulmán de Al-Ándalus.
  • Mudéjares: Musulmanes que vivían en territorio conquistado por los cristianos. El arte mudéjar se caracteriza por una albañilería andalusí autóctona con magníficos artesonados, arcos de herradura, yeso, ladrillos, azulejos vitrificados, etc...


Enlaces interesantes