martes, 28 de julio de 2015

El reloj de torre "LOSADA" de Morón.



 “A la memoria de Juan Rodríguez Zambrana”.


Breve introducción

José Rodríguez Conejero "Losada", nació en 1797 en Iruela (León),entonces jurisdicción de Losada. Huyó de España en 1828 por culpa de la represión del rey absolutista Fernando VII que fuera apoyado por la España más reaccionaria que de nuevo nos introdujo en el oscurantismo, erradicando aquel espíritu de la España de 1812 “la Pepa”. Un contexto histórico que alimentaba como verdadero caldo de cultivo los antígenos de la miseria y el hambre por un lado y el caciquismo por otro que actuaba con toda la arbitrariedad posible, como anverso y reverso de la sociedad española del siglo XIX. 

Estuvo dos años en Francia antes de pasar a Inglaterra donde en 1835 fundara una tienda de relojes en Euston Road, en el norte de Londres y más tarde se instaló en el número 105 de la céntrica calle londinense de Regents Street donde se reunían los exiliados políticos españoles. Rodríguez Losada se casó con una inglesa y murió sin hijos en 1870. Terminó la obra del gran reloj de la torre del Palacio de Westminster, símbolo de la ciudad de Londres que sonaría por primera vez un 11 de julio de 1859 y el reloj de la Puerta del Sol como regalo a la Villa de Madrid. Regresó a España en noviembre de 1866, bajo el reinado de Isabel II.

Losada mantuvo con la Marina española una dilatada relación profesional al encargarle una remesa de cronómetros para sus buques, de tal calidad la elaboración de sus cronómetros que fue contratado como cronometrista del Real Observatorio de la Armada, en San Fernando (Cádiz). Por tal motivo, en 1855 Losada viajó a la Isla de León, donde instalaría el primer reloj de España. Más tarde, llegaría el famoso reloj de la Puerta del Sol “un reloj de torre único en toda Europa, que regalaría Losada a la Villa de Madrid”.

Además, aunque fue un encargo, le regalaría un reloj de bolsillo al almirante Méndez Núñez por su acción en la batalla del Callao (Perú), desde la fragata "Numancia". Y una versión más modesta de reloj de bolsillo para toda la dotación del buque.

El 31 de diciembre de 1886 comenzaba la tradición de tomar las uvas en la Puerta del Sol en el recién inaugurado reloj regalado por Losada.

Un relojero que ha perpetuado en la memoria colectiva colocando a España en el centro europeo de su profesión durante el segundo tercio del siglo XIX al triunfar en Londres. Incluso muchos relojes de la marca Losada llegaron a ser objeto de falsificación por parte de relojeros suizos e ingleses debido al enorme prestigio que la marca gozaba en su época, sobre todo en lo referente a relojes de bolsillo. Sin embargo, la muerte del relojero coincide con la decadencia de la relojería inglesa, marcando un cambio radical en cuanto a calidad. Su sucesor Norberto Rodríguez de Losada tuvo que abaratar los costos de fabricación para poder soportar el impacto comercial de la relojería suiza y al mismo tiempo una menor influencia de la mano de obra artesanal.


Pocas personas tienen la satisfacción y el privilegio de poder dar cuerda a un reloj de torre de la prestigiosa marca Losada fabricado en 1878. La impresionante obra de relojería a la que nos referimos se encuentra ubicada bajo el templete que corona la fachada del Ayuntamiento de Morón y que fuera reformada en 1878 como consta en los planos y Libros de Actas Capitulares que se encuentran custodiados en el Archivo Municipal de Morón de la Frontera. 

Un reloj de torre que constituye un bello ejemplo de la influencia de los relojes de torre sobre la arquitectura civil de una época. 


Fachada del Ayuntamiento de Morón, en Semana Santa

Bajo el reloj se dan dado lugar a lo largo de la historia contemporánea de Morón importantes acontecimientos sociales, reivindicativos y lúdicos que han marcado de alguna manera la “Historia Contemporánea de Morón”, en la frontera de su propia esperanza.

Se puede decir sin temor a equivocarnos que el reloj de torre Losada junto al castillo de Morón permanecen en la retina del olvido de los vecinos. 

La Alcazaba de Morón llegó a ser un importante alkevirato en tiempos de Abd al-Rahman I ben Muawiya al-Dajil (el Inmigrado 756-788) según la obra “los alkevires de Morón” de Ramón Auñón y posteriormente Reino de Taifa en el siglo XI, con el desmembramiento del Califato de Córdoba. Pero lamentablemente, su interesante historia como referente de un pueblo se desmorona (y nunca mejor dicho) a través de los sillares que destilan el ingrato olvido junto a la indiferencia mientras el arrabal de Santa María se pregunta si algún día doblarán las campanas con sus tañidos de bronce por la pérdida de su bella torre albarrana.


Bella panorámica desde el campanario del Ayto. de Morón



Vista del reloj del Ayuntamiento desde la torre de San Miguel

El 17 de julio de 2015 cambio impresiones con Manuel Escalante para realizar una visita a las entrañas del reloj Losada de mi pueblo, la tierra de Villalón. Manuel es concejal del Excmo. Ayuntamiento de Morón y recuerdo que en tiempos pretéritos estuvo de aprendiz en la relojería del inolvidable relojero y mejor persona Manolo Pinto, en la calle Álamos allá por los años setenta del pasado siglo. Durante la elaboración de este artículo, Manuel ha estado dando cuerda al reloj de torre Losada.


Accedimos a la torre a través de una angosta escalera de caracol de giro izquierda cuyos peldaños de madera están acoplados sobre un eje central. Nada más llegar al interior del templete, nos vimos sorprendidos por el movimiento de las palas que regulan la velocidad entre campanadas. Nuestra retina capta al instante la magnífica maquinaria del reloj de torre de la prestigiosa marca “Losada” donde figura la siguiente inscripción:



Observando la compleja maquinaria del reloj, la retina del recuerdo me trae a la memoria al amigo "Juan Rodríguez Zambrana", que fuera compañero nuestro en el antiguo Instituto de Enseñanza Media de Morón en tiempos pretéritos. Juan estuvo durante muchos años encargado de "limpiar, fijar y dar esplendor" a esta impresionante obra de relojería de la marca LOSADA que fuera fabricada en Londres en 1878.


Quiero dar las gracias a José y Jacobo de la Revista Atalaya por su inestimable ayuda para poder rescatar una entrevista publicada en la página 14 de "Morón 30 días" con fecha noviembre de 1998. La entrevista fue realizada por Antonio Morales al inolvidable Juan Rodríguez Zambrana o Juan Zambrana “El Ferretero”, encargado del reloj de torre del Ayuntamiento que además utilizaba su escaso tiempo libre a la investigación  de la historia de nuestro más que centenario reloj.

En aquélla época, Juan mantuvo un intercambio cultural con la Biblioteca del Instituto de Literatura y Lingüística de la Habana cuyo primer fruto fue la obtención de una copia de “La Flor de los recuerdos, una repetición de Losada…”, obra del escritor Zorrilla publicada única y exclusivamente en esa ciudad en 1859, por lo tanto inédita en España.

Una de sus mayores ilusiones sería la de ver editada dicha obra “La Flor de los recuerdos, una repetición de Losada…” en Morón. Lo peculiar del proyecto radica en que el autor pucelano se inspiró para la mayor parte de su libro en la figura de Losada, constructor de nuestro reloj consistorial.

En dicha entrevista cabe destacar el vínculo que unía a Juan con el reloj del Ayuntamiento como su defensor a ultranza que trascendía lo meramente laboral, convirtiéndose en una pasión. Juan era el responsable de su cuidado y conservación. Agradecía al Ayuntamiento el haber puesto en sus manos una pieza de museo que funciona perfectamente y cuyo valor es incalculable.

Juan defendía los logros positivos de la humanidad, tanto en la técnica, la ciencia o el arte y que era necesario defender tesoros como éste, a pesar de que odiaba las imposiciones a las que nos somete el modelo de sociedad en la que vivimos, como el control riguroso de nuestro tiempo.

Hablaba entonces de la posibilidad de visitar la Torre en grupos reducidos para que los ciudadanos de Morón conocieran personalmente el reloj, su funcionamiento y su historia. Incluso hasta empresas de turismo rural querían incluir la visita al reloj de Morón dentro de sus itinerarios, aparte de la inquietud de muchas personas que le preguntaban cuando podrían visitar el reloj.

Tal era su cariño por el reloj de torre que incluso observó tras unas fuertes lluvias que el templete que sostiene la campana, así como los elementos de sustentación de dichas piezas, vigas de madera con más de 120 años, empezaban a mostrar un deterioro progresivo que a su juicio hacían peligrar la integridad de todo el conjunto.

También comentaba Juan la relación que unía a Losada con Zorrilla que incluso le ayudó en una situación más que delicada por la falta de liquidez para afrontar ciertas deudas, desde entonces les unía una fuerte amistad fruto de la cual Zorrilla escribió:

 “Una repetición de Losada”,  en una de sus estrofas se puede leer.

“Mi padre, ministro un día, / puso a precio su cabeza: / él con hidalga nobleza / salvó más tarde mi honor: / hoy sin temor ni bajeza, / del mundo a la faz le digo: / él es mejor amigo y no lo tuve mejor.

En la entrevista Juan consideraba posible para Morón, la publicación de esa obra como hito para la cultura española y todo un logro para nuestro pueblo. Disponía de una copia entera del único ejemplar que se conserva como una joya en la Biblioteca del Instituto de Literatura y Lingüística de la ciudad de la Habana, cuyos representantes estuvieron desde un principio admirablemente dispuestos para que esa obra sirviese de complemento a la investigación que estaba desarrollando en esos momentos.

Y que tenemos una obligación ética de corresponder de alguna manera como era que dispusieran al menos de una simple fotocopiadora ya que las tenían que realizar a un coste elevado, aproximadamente un dólar por fotocopia. A título personal estaba realizando las gestiones para conseguir el dinero suficiente. Algunas veces les costaba trabajo hasta conseguir papel.

Para que nada quedara en el tintero de la entrevista Juan se refería que las páginas de la entrevista sirvieran como homenaje a los que han posibilitado a lo largo de la vida del reloj y llegar hasta nuestros días en perfecto estado en el que se encuentra actualmente la maquinaria.

Anunciaba también su próximo proyecto de realizar un inventario general de todos los relojes de torre de Andalucía, que esperaba publicar para que no ocurrieran casos como el de San Miguel.




El reloj de torre Losada de Morón está sustentado sobre una de bancada horizontal de madera (posiblemente pino tea por haber resistido perfectamente los agentes externos durante muchos lustros), donde destaca una interesante maquinaria que nuestra retina capta al instante, en especial la esfera de control interno de la marcha. Una señal de color verde pintada en los cables de acero del tren del movimiento nos indica que la cuerda ha llegado a su tope correspondiente. Las palas regulan la velocidad entre campanada y campanada.

Con cierta regularidad, un relojero se desplaza desde Sevilla para realizar los ajustes y lubricación necesarios para que tan magna maquinaria no deje de marcar las horas en la historia contemporánea de nuestro pueblo.



El reloj de torre Losada de Morón posee una autonomía de 96 horas (cuatro días). Se le da cuerda manualmente mediante una manivela izquierda-derecha para la cuerda de las horas y otra derecha-izquierda para que suene la campana exterior con su solemne sonido de bronce que durante el silencio de la noche “estimula nuestros tímpanos”, percibiéndose su eco desde la Fuente de la Plata hasta el antiguo arrabal (al-rabad) o barrio de Santa María.

Junto a la entrada, a mano izquierda existe un panel de la empresa relojera Torner, una casa profesional de garantía que fuera fundada en el año 1877 indicando los cuidados que requieren este tipo de relojes tales como: 
  • Un engrase regular cada 15 días, colocando unas gotas de aceite incongelable en los pasadores de la rueda de escape. 
  • Cada mes, es necesario poner aceite en los cojinetes de bronce que existen en cada extremo de los ejes, rodajes de la esferilla interior y en los que van detrás de las esferas exteriores, en los rodillos y palancas de martillos, piñón interior del trinquete de dar cuerda y caja vis-sin-fin del motor. 
  • La regulación se obtiene por medio del tornillo que queda debajo del péndulo. Cada vuelta y media de dicho tornillo corresponde, aproximadamente, a un minuto de avance o retraso en 24 horas. Girando el tornillo hacia la izquierda o letra R, se hace retrasar, y s se gira a la derecha o letra A se hará adelantar. 
  • Puesta en hora: Por medio de la tuerca con alas (o palomilla) situada detrás de la esferita de control. Para hacer mover las saetas, desenroscar un par de vueltas (para la izquierda) dicha tuerca, y cogiendo el engranaje cercano (nunca de las saetas) se hace girar hacia delante hasta llegar a la hora que interese, apretando seguidamente la tuerca con alas. 
  • Para el engrase es preciso usar aceite especial incongelable SAE-10.



En la parte más alta de la fachada se encuentra la pérgola de hierro forjado que sostiene el asa de una campana de 920 kg. de peso que fuera fundida en Sevilla en la fundición del coriano D. Juan Japón. 

A partir del siglo VI las campanas tenían como finalidad anunciar al pueblo las celebraciones religiosas y municipales.

La campana pertenece al tipo denominado de badajo fija. Tiene forma de copa invertida, que vibra por la acción del badajo o martillo exterior produciendo su tradicional sonido de bronce. 

El bronce posee una aleación del 78% de cobre y 22% de estaño con un punto de fusión en torno a los 1000ºC.

En su parte central se aprecia un anclaje o anilla para sostener el badajo interno inexistente, pero suena a través de un badajo externo que golpea la campana en el equivalente exterior del punto donde golpearía el badajo interior si existiera. Todo ello, sincronizado a través del control interno de la marcha del reloj de torre, que emite su tradicional sonido de bronce cuando las saetas del reloj marcan las horas en punto y medias horas.

Una inscripción que figura en la parte más alta de la campana denominada hombro consta:

“Se hizo en Sevilla por D. Juan Japón siendo Alcalde Presidente Don José Bohórquez”



Algunos datos interesantes:

Según "Google Earth" el Ayuntamiento de Morón de la Frontera se encuentra situado en las coordenadas:  37º 07´20" N  5º 27´06" O


A título orientativo:

Midiendo el plano que existe en el archivo municipal "Expediente de Obras de la Casa Consistorial del Año 1878 signatura 1044 C" nos salen las siguientes medidas:

La fachada con el templete y pérgola tiene una altura de 19 metros de altura.
  • El primer cuerpo de fachada tiene 4,5 m. de altura.
  • El segundo cuerpo de fachada tiene 5,25 m. de altura.
  • La baranda que corona el segundo cuerpo tiene 1,00 m. de altura.
  • El templete por la parte exterior mide 4,75 m. de altura.
  • La pérgola de hierro fundido mide 4,5 m. de altura.
  • La altura de puerta con el arco del primer cuerpo mide 3,5 m.
  • La altura de los balcones con el arco del segundo cuerpo mide 2,75 m.
  • Los macetones que coronan la fachada tienen 1,30 m. de altura.
Las siguientes medidas han sido realizadas "in situ"...
  • La fachada del Ayuntamiento mide 16,47 metros de anchura. 
  • La fachada está retranqueada con respecto a la portada principal unos 29 cm, teniendo una anchura de 3,42 cm. El hueco donde se ubica la puerta principal del ayuntamiento tiene 1,80 cm.
  • El diámetro de la esfera del reloj tiene una longitud de 134 centímetros.
  • La saeta que marca los minutos tiene una longitud de 88 centímetros desde el eje central y la saeta que marcan las horas 59 centímetros. 
  • Las letras romanas que señalan las horas tienen una altura de 18,5 centímetros.
  • La pérgola sobre la que se sustenta la campana tiene 3,31 metros cuadrados.
  • El diámetro de la campana tiene 118,5 cm. 
  • La altura de la campana 87 cm. 
  • El labio de la campana posee una anchura de 10 cm.
  • La altura del templete 2,60 m. La anchura 3,30 m. El fondo 2,01 m.
  • La esfera del control interno de la marcha -minutos- tiene 13 cm.
  • La esfera del control interno de la marcha -horas- tiene 30,5 cm.
La bancada de madera sobre la que se apoya el reloj de torre Losada tiene las siguientes dimensiones:
  • Largo: 127,5 centímetros de longitud.
  • Ancho: 71 centímetros.
  • Altura: 109 centímetros.

En el Archivo Municipal podemos impregnarnos de la historia local en los Libros de Actas Capitulares. Incluso he tenido la oportunidad de subir a la parte más alta de la fachada donde se encuentra la campana para plasmar gráficamente, con mi humilde cámara de fotos, las letras grabadas en bronce de la persona que realizó su fundición. 

Leyendo el libro “la vida y obra de José Rodríguez de Losada” por Roberto Moreno hemos conocido por primera vez algunos términos del argot relojero como escape de áncora, trinquete, esfera de control interno de la marcha, cojinetes de bronce, sistemas de sonería, carraca deslizante, etcétera, aunque doctores tienen esta disciplina.



Esfera exterior del reloj de torre

Una escalera de hierro interior fija da acceso a la parte superior de la fachada donde se encuentra la gran esfera transparente que marca las horas, que en su parte central está decorada con una flor en forma de hojas puntiagudas que termina en la división horaria señalizada a través de números romanos. Las manecillas que marcan las horas y los minutos tienen forma de saeta. En la parte inferior de la esfera destaca con letras azules la marca LOSADA LONDON, entre los espacios horarios VII al V.


Esfera interior del reloj de torre

Para acceder a la parte más alta donde está ubicada la campana, existen una primera escalera que consta de seis peldaños de hierro incrustados en la pared que desemboca en el tejado, a partir del cual nos encontramos otra escalera de nueve peldaños en la parte posterior del templete. Para acceder en su parte final nos ayudamos con una cadena de acero fijada en la base de la pérgola, desde la cual se divisan innumerables limatesas, limahoyas y caballetes que nuestra retina capta desde la altura con la torre de San Miguel junto a la Catedral de la Sierra Sur y el castillo "que brillan con luz propia".

Una impresionante panorámica se puede observar desde el campanario del Ayuntamiento con la torre de San Miguel con sus campanas: “San Cristóbal”, en el centro, “San Pedro” a su derecha y “La Nueva” a su izquierda.



En el Libro de Actas Capitulares encontramos que un 18 de febrero de 1878 bajo la alcaldía de José Bohórquez y Merino se aprueba por el Ayuntamiento de la Villa de Morón la adquisición de un reloj de torre que debería colocarse en la Casa Capitular. 



También pudimos observar el expediente de reforma en las obras de la Casa Capitular y para la adquisición de un reloj de torre con fecha junto al “Proyecto de fachada para la Casa Ayuntamiento de la Villa de Morón” con fecha 10 de abril de 1878. En dicho documento se puede observar el plano del proyecto de fachada para la Casa Ayuntamiento de la Villa de Morón, fechado en Sevilla un 10 de abril de 1878. Se observa en la parte inferior su escala: 0,02 por metro.

El Señor Presidente manifiesta que presupuestados cinco mil quinientas pesetas para la adquisición de un reloj de torre que debía colocarse en la Casa Capitular de la Villa, le parecía conveniente que este servicio se contratara con la Casa Losada por ser el fabricante que ofrece una garantía superior a los de otra procedencia…para contratar el reloj con la Casa Losada o un agente…




La fachada que da a la plaza cuyo estado examinado ahora detenidamente no permite que gravite sobre su pared exterior el peso de la torre donde ha de colocarse el reloj y campana del mismo por cuya causa la comisión de obras públicas mandó a formar el presupuesto de gastos…

...Con la reforma de que se trata necesitándose para ella un aumento de seis mil quinientas pesetas con cuya suma quedaría terminado el edificio de una manera perfecta.

...dos mil quinientas pesetas para reforzar algunos pilares que se encontraban en mal estado, podía unirse esta cantidad a la de cuatro mil quinientas pesetas consignadas en el presupuesto general del ejercicio...



Firma del plano de la fachada del Ayuntamiento en 1878

Existen dos periodos en la fabricación de los relojes Losada: el primero va desde 1835 a 1870, el periodo productivo en la vida del prestigioso relojero. Un segundo periodo, de 1870 a 1890, corresponde a las fabricaciones bajo la dirección de su sobrino Norberto o sucesores de éste. 

Hay que hacer notar que ambos periodos; es decir, de 1835 a 1890 hay una producción legítima de obras con la firma. “J.R. Losada 281 (ó 105) Regent Street” fabricadas por su taller. La Casa Losada firmaba sus obras bajo la marca J.R. LOSADA. 

J.R. Losada falleció en 1870. Por tanto, el reloj de Morón fue realizado durante el segundo periodo, por la casa Losada en 1878.




En el diario ABC del sábado 30 de diciembre de 1978, el cronista oficial de la villa de Morón Juan José García López señalaba que el reloj de torre de Morón era obra de Luis Losada, el mismo que fabricara el reloj de la Puerta del Sol madrileña.

Son pocos los relojes de torre que se conocen de J.R. Losada. Como ejemplo el reloj de la Puerta del Sol, la Catedral de Málaga donado por D. Juan Larios y Herreros, el de la Catedral de Caracas, El del Colegio Naval de San Fernando, Colegio de los Padres Escolapios, en Getafe o el del Ayuntamiento de Morón.

En definitiva, una jornada didáctica que ha hecho que nuestro reloj de torre Losada capte nuestro interés de inmediato y al mismo tiempo quedar impregnados en la medida de nuestras posibilidades de esa cultura que irradia su historia. 

Me comenta el amigo Manolo Escalante que en el momento en que las circunstancias lo permitan, se tiene previsto organizar visitas guiadas al reloj de torre para disfrute de los ciudadanos en tan importante obra de relojería, de la que existen muy pocos relojes de torre Losada funcionando en el mundo.



Desde las entrañas del reloj de torre "LOSADA" de Morón con Juan Rodríguez Zambrana en la retina de nuestro recuerdo, para el Blog de mis culpas...



P.D. Morón es tierra de la Cal, del Flamenco y de Fernando Villalón por cuyo término municipal transitara en tiempos pretéritos el famoso bandolero "El Pernales", amigo del poeta y José María "El Tempranillo".

En julio de 2016 los pintores Manolo Pinto y Ramón Álvarez Cabeza "Garanchi" estaban remodelando la fachada principal del Excmo. Ayuntamiento de Morón. Al raspar una placa de mármol ubicada en la parte frontal del templete que corona la fachada del Ayuntamiento, donde hasta ahora se podía leer "Plaza de José Calvo Sotelo" que sería colocada en 1936, quedó al descubierto el nombre de "Plaza de la Libertad", denominada así a partir de la Revolución de 1868 denominada "La Gloriosa" o Septembrina, que supuso el destronamiento de la reina Isabel II y el comienzo del "Sexenio Democrático (1868-1874). 



Según el Archivo Municipal de Morón de la Frontera, entre 1868 y 1936 la Plaza del Ayuntamiento se denominó Plaza de Libertad. Tras el destronamiento de Isabel II y la Revolución de 1868, que intentó establecer por primera vez en la historia de España un régimen político democrático, el 1 de noviembre de 1868 la Junta Revolucionaría de la villa, en la sesión del cabildo, dijo que no existía, como estaba prevenido, lápida en la plaza y acordó que se construyera una con el lema “Plaza de la Libertad” y se colocará en la fachada de la Casa Consistorial. 

Los distintos nombres que ha tenido la plaza, desde su origen a la actualidad, han sido los siguientes: Plaza Baja, Plaza de la Constitución, Plaza Real de Fernando VII (Plaza Real, Plaza del Rey), Plaza de Isabel II, Plaza de la Libertad, Plaza de José Calvo Sotelo y Plaza del Ayuntamiento.



La Comisión Gestora que se hizo cargo del gobierno local tras la toma de la ciudad por el ejército sublevado, en la sesión de 5 de octubre de 1936, acordó cambiar la rotulación de la hasta entonces denominada Plaza de la Libertad por el de José Calvo Sotelo. En el mismo acuerdo se cambió el nombre de otras calles para homenajear a mororenses del bando sublevado fallecidos en los primeros días de la Guerra Civil.