lunes, 11 de mayo de 2015

Visita a la Antigua Emérita Augusta (II)



...Es necesario realizar una visita obligada al Museo Nacional de Arte Romano de Mérida como síntesis de la monumentalidad de la antigua Emerita Augusta, lo que nos dará fe de los abundantes vestigios arquitectónicos expuestos mediante una excelente distribución cronológica y temática, que le confieren su marcado carácter didáctico.

En la cripta del Museo Romano nos encontramos una zona delimitada por una calzada y una necrópolis con sus patios columnados, pudiéndose contemplar la calzada secundaria romana que enlazaba Emérita Augusta con la antigua Corduba (Córdoba) en el siglo IV d.C.

Junto a la calzada también se puede observar las cubiertas funerarias conocidas como “cupae” por su forma de tonel. En ella se colocaba el nombre del difunto y los dioses a los que se consagraba su alma.



En la sociedad romana, el retrato supuso uno de los trabajos más productivos de la escultura; lo que ha posibilitado el conocimiento de las modas imperantes, rasgos faciales o étnicos e incluso, la situación económica existente en su época. La mayoría de los retratos de Augusta Emerita proceden de monumentos funerarios que han permanecido en la necrópolis.



La alimentación de los pueblos antiguos también tiene su espacio en el Museo Nacional de Arte Romano. El olivo era considerado un árbol bendito. Los griegos y los romanos creían que la diosa Minerva regaló el olivo a los humanos.

En esa época se utilizaban tres tipos de aceite: de aceituna verde, pintona y madura. El aceite romano (siglos I al IV), se utilizaba en la cocina, en las ceremonias religiosas, en cosmética… Según relata el escritor romano Plinio, las aceitunas de Augusta Emerita tenían un sabor muy dulce.



El dibujo muestra dos contrapesos cilíndricos de granito pertenecientes a una prensa de viga. Este modelo, utilizado por los romanos, se ha mantenido sin modificaciones hasta el siglo XIX. Mediante presión se licuaba la pasta de aceitunas extraída previamente en un molino y el zumo se deslizaba por pequeños canales hasta llegar a los depósitos de decantación.

Zaytum en árabe significa aceituna. Esta palabra hizo que se dejara se usar el término óleum con el que los romanos designaban tanto la aceituna como el aceite. El trigo, la vid y el olivo componían la triada alimentaria en el mundo romano antiguo. 

Los molinos de sangre, recibían este nombre por el esfuerzo que realizaban los esclavos y animales para moverlo.



Las carreras de cuádrigas están plasmadas en bellos y grandes mosaicos. El "Mosaico de los Aurigas" es uno de los de mayor tamaño hallado en Mérida. En el Museo se muestran dos aurigas en sus carros con laurel en las ramos, lo que simboliza el vencedor de la carrera.

Destaca también la diosa de la agricultura "Ceres", los retratos a través de esculturas, escenas tradicionales de la sociedad romana como la caza, la casa romana -el domus-, el foro, los ritos funerarios, la artesanía, los mosaicos y la sociedad romana en general.

Después de haber deleitado nuestra retina con el Puente Romano, la alcazaba, el Templo de Diana o el Museo Romano hicimos un alto en el camino para degustar la buena gastronomía de la tierra. Es significativo la nomenclatura de algunos bares y tapas como por ejemplo “La Loba”, “Augusto”, “Diana”, etcétera.



A pocos metros del Museo Romano se encuentra el “Anfiteatro Romano”. Al aproximarnos, lo primero que capta nuestra retina es la calzada con sus grandes losas de granito que se adaptaba a la forma curvada del grandioso recinto. Al término de la calzada se abría una puerta con ancho suficiente para el paso de dos carros. Desde este camino se llegaba al circo y a Metellinum (Medellín).

El Anfiteatro estaba dedicado principalmente a grandes espectáculos con gladiadores y animales salvajes. Su inauguración data del año 8 a.C. disponiendo de una capacidad para 14.000 espectadores, aproximadamente. La forma de su planta es de forma elíptica, destacando la arena como lugar donde se desarrollaban los espectáculos, comunicándose esta parte con el exterior a través de tres puertas monumentales. 

"Vomitorios" para la salida del público

Las gradas se dividen, al igual que en el teatro, en caveas que acogían a las diferentes clases sociales. Los romanos llamaban "vomitorios" a los pasillos interiores que conducían a la "plebe" fuera de las gradas; en la cavea ima se disponían dos tribunas, la cavea media está más deteriorada y la cavea summa, casi destruida.

Para construir el núcleo del anfiteatro, los romanos utilizaron el opus caementicium (hormigón) por la solidez que aportaba este tipo de fábrica. Emplearon cal, cantos y arena de río, así como anfibolitas (tipo de roca metamórfica) de tamaño medio. Los grandes bloques de hormigón, sirvieron como asientos de las gradas media y superior. La grada este del anfiteatro, fue construida aprovechando la pendiente del terreno. La arena del anfiteatro, con 64,5 metros en su eje mayor y 41,2 metros en su eje menor, tiene en el centro una gran fosa que se cubría con un entarimado de madera para el desarrollo de los juegos. Los combates en pareja o en grupos, solían realizarse por la tarde. Era habitual que un árbitro y su ayudante, hicieran cumplir las reglas de la lucha mediante el uso de la vara si era necesario.



El ladrillo se utilizó en múltiples zonas del anfiteatro recubriendo el muro del corredor que divide las gradas inferior y media. Se conservan un máximo de 17 hiladas originales, todas ellas con ladrillo de primer uso, así como el pavimento de mortero y cal con los ladrillos por el que circulaban los asistentes al combate. El uso del ladrillo facilitó su forma abovedada hacia el interior proporcionando un acabado de calidad. 

Bajo el mandato de Augusto se construyó el Anfiteatro de Mérida, asignando gradas altas a los esclavos y pobres. A diferencia del teatro, aquí en el anfiteatro, hombres y mujeres podían sentarse juntos a contemplar los combates.

El anfiteatro tenía tres puertas monumentales destinadas a las autoridades y organizadores de los eventos y trece accesos para el público que acudía a ver los espectáculos.

Los anfiteatros romanos utilizaban los accesos monumentales para la entrada del desfile que inauguraban los "juegos gladiatorios". Si el anfiteatro solo disponía de dos accesos monumentales esa misma puerta se utilizaba para la salida de gladiadores victoriosos.

El Antifeatro de la "Antigua Emérita Augusta" nos da a conocer más de quince tipos de gladiadores que se caracterizan por su equipamiento y tipo de lucha (armaturae gladiatorias). Se pueden diferenciar los que iban fuertemente armados con un equipo pesado que aunque, les protegía, dificultaba sus movimientos y los que llevaban armamento ligero para tener mayor agilidad durante el combate.



Los tipos de gladiadores que fueron más populares en Hispania y que más debieron entusiasmar al público en el anfiteatro eran:

· “Secutor” o “Perseguidor”, que buscaba el combate cuerpo a cuerpo.

· “Retiarius” que inmovilizada a su adversario lanmzándole una red de tres metros, para después atacarlo con el tridente y con una daga. Los reciarius luchaban contra los secutores.

· “Venator”aunque no era un gladiador, participaba en los juegos del anfiteatro y estaba especializado en la cacería de animales salvajes utilizando el tiro con arco, la jabalina o una lanza larga-venabulum-. En Emerita Augusta debieron ser habituales las cacerías de jabalíes, ciervos y toros. Podían enfrentarse en solitario a una fiera, o junto a otros venatores, a una manada de animales.

· “Dimachaerus” cuyo nombre en griego significa “el que usa dos cuchillos”. Cubría la cabeza con un casco cerrado y ambas piernas con espinilleras. Para proteger su cuerpo usaba un pectoral o una cota de malla metálica. No llevaba escudo. Este gladiador estaba especializado en la lucha cuerpo a cuerpo. Probablemente su adversario fuese otro dimachaerus.

· “Traex” -tracio-. Se trata de un gladiador de armamento ligero -pequeño escudo y espada corta de punta curvada-, y sus combates contra los mirmillones fueron muy populares.

· “Hoplomachus”. Su nombre deriva del griego “el que lucha con armas”. Su forma de combate imitaba a los hoplitas portando una lanza y espada corta, cubriendo su cabeza con un casco, utilizaban espinilleras altas y con un escudo circular u “hopión”. Generalmente su adversario era e mirmillón. Aparece representado en mosaicos, pinturas y lucernas combatiendo contra los tracios.

· “Mirmillones” que eran reconocibles por su cresta en su casco. Se protegía desde la rodilla hasta la barbilla, con un gran escudo rectangular que usaba para empujar a su oponente, atacándolo con su espada corta. Los mirmillones nunca combatían entre ellos.

Némesis era la diosa de origen griego que simbolizaba la venganza, la justicia y la fortuna. Los gladiadores antes de comenzar el combate se encomendaban a ella.



El Teatro Romano de la antigua Emerita Augusta fue mandado a construir por Marco Agripa, yerno del emperador Octavio Augusto entre los años 16 y 15 a.C. El frente escénico se concluyó a mediados del siglo I bajo el mandato del emperador Claudio.

Poseía una capacidad para unas 6.000 personas, que se podían acomodar entre sus gradas o cáveas, divididas en tres tramos que acogían las diferentes clases sociales romanas que habitaban la ciudad. En la cavea ima se disponían dos tribunas para las clases sociales más altas.

Una escultura de la diosa de la agricultura “Ceres”, presidía el frente escénico del teatro romano. El “frons scenae” se compone de dos entrantes (valvas) y de dos órdenes de columnas superpuestos, decorado todo ello con esculturas. Detrás de este “frons scaenae” existían otras dependencias, que eran utilizadas por los actores, el postcaenium.

En los teatros romanos existían acomodadores que colocaban a cada asistente en su lugar. Incluso algunos esclavos se encargaban de proteger los asientos de los políticos (senadores), que se sentarían con sillas fijas o portátiles. En la época del emperador Augusto, bajo cuyo mandato se construyó este teatro, los caballeros podían ocupar sus asientos inmediatamente detrás de los senadores. Un recinto sin techo estaba consagrado al culto imperial. 


Esta inscripción puede verse tallada en la piedra:

E.X.D. (Equites Decem Decreto)

“Para los diez caballeros, por decreto”

Aula Sacra. Cesar Augusto, fundador de Emérita Augusta

Las estatuas imperiales representaban al emperador con coraza y manto, como general de las tropas. Como hombre semidesnudo representaba al emperador divinizado y ataviado con la toga, que era el traje tradicional.

Entre el eje que divide el Teatro y el peristilo en dos mitades iguales se encontraba el Aula Sacra. La estatua del emperador Augusto presidía esta sala con la cabeza cubierta con una toga, en señal de respeto. A su muerte, en el 14 de nuestra era, se estableció el culto al emperador, destinándose a sus ritos distintos espacios públicos en las ciudades romanas.

Aula Sacra (Tiberio y Druso el Mayor)

Druso el Mayor, hermano de Tiberio y favorito de Augusto muere a los 29 años, lo que le impide formar parte de los planes sucesorios del emperador. A pesar de ello, fue pariente directo de Calígula (nieto), Claudio (hijo) y Nerón (bisnieto). Tiberio, sucesor de Augusto, fue adoptado por éste.

Desde la antigua Emerita Augusta, con su pasado histórico glorioso, para el Blog de mis culpas…



P.D. Me ha sorprendido en Mérida que la estatua de Viriato brilla por su ausencia. No hace falta recordar lo que aprendimos en la escuela sobre la figura del "caudillo lusitano" llamado Viriato (Viriathus) en la antigua Hispania romana (denominada Iberia por los griegos).

Viriato llegaría a ser considerado el terror de los romanos (terror romanorum) al vencerlos en numerosas ocasiones demostrando su conocimiento del terreno y practicar la guerra de guerrillas en el siglo II a.C. poniendo en jaque el poder de Roma entre el 147 y 139 a.C. venciendo a numerosos generales romanos. 

Serviliano Cepión llega a un tratado de paz con Viriato, el cual no fue ratificado por el senado romano. Marco Pompilio Lenas sobornó a Áudax, Ditalco y Minurus que habían sido enviados por Viriato para firmar la paz. A su vuelta, estos traidores asesinaron a Viriato mientras dormía.

El cónsul Escipión ordenó que fueran ejecutados los traidores, al tiempo que decía una frase que ha quedado grabada en la retina de la historia 

“Roma no paga a traidores”.

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