jueves, 26 de junio de 2014

El camino inglés -entre Ronda y Gibraltar-



“…el cuadro más pintoresco una banda de arrieros atravesando por el paso de una montaña: primero se oyen los campanilleros, que turban con su monótono sonido el silencio de la elevada cumbre…”

Washington Irwing

Los bellos paisajes abruptos de la Serranía de Ronda y Grazalema se proyectan en nuestra imaginación en busca de la convulsa Andalucía de los siglos XVIII y XIX, donde existió una peculiar ruta denominada “el camino inglés” que transitaba entre Gibraltar y Ronda a través de Castellar de la Frontera, Jimena de la Frontera, Gaucín -Sair Guazan-, Benarrabá -de los Banu Rabbah-, Algatocín -de Al-Atusiyin-, Benalauría -de Ben al Auria-, Benadalid -de Ben-Addalid-, Atajate hasta llegar a la entrada de la antigua Ronda musulmana por la Puerta de Almocábar del árabe "Al-maqabir" por encontrarse cerca del antiguo cementerio musulmán. 

Pueblos de origen andalusí que parecen manchas de leche derramada a lo largo de la serranía bajo el encantador laberinto de sus calles entre cuestas angostas y empinadas en busca de la protección de su alcazaba.

Semanario gráfico español

Callejuelas con casas a dos aguas que aún mantienen sus fachadas encaladas, tejadas con tejas árabes, patios con pozos, aljibes, alminares junto a las antiguas mezquitas, sobre las que se construyeron iglesias cristianas.



Dicha ruta fue considerada por los viajeros románticos de la época como una de las rutas históricas y literarias más hermosas e importantes de Europa. En tiempos pretéritos formó parte de una de las dos rutas de los almorávides y almohades como arterias importantes en las comunicaciones que desembocaban en la antigua Ronda musulmana para llegar a través de Antequera y Alhama a la antigua Elvira denominada la “Damasco de Occidente”–Garnatha-. 




La escarpada topografía de Ronda y su comarca ha sido convertida por los viajeros románticos en aventuras y bellas estampas pintorescas. Durante el siglo XVIII, España ofrecía un importante atractivo para la entrada masiva de mercancías a través de Gibraltar, al haber sido destrozado el país por la Guerra de la Independencia.


En 1830 existía un trayecto en diligencia desde Madrid con destino a Gibraltar que pasando por Despeñaperros transitaba por Écija, Osuna, Ronda y Algeciras. Las partías de bandoleros se dividían el territorio para no entrar en conflictos unos con otros.

Personajes que la literatura popular convirtió de alguna manera en mitos como los bandoleros, contrabandistas, arrieros con sus faltriqueras, albardas, alforjas y mantas acompañados de las tradicionales reatas de mulas y recuas de borricos cargadas de fardos con productos que escaseaban en la Península como el tabaco, café, azúcar y telas -que no pagaban impuestos- atravesando peligrosos desfiladeros entre ríscos y senderos.

Ante los peligros de ser asaltados los arrieros con sus fardos en la ruta en cualquier momento por bandoleros, vagabundos o ladrones era costumbre para defenderse, de unirse para buscar protección armados de trabuco, pistolas y navajas sin olvidar la bota de cuero con vino y agua pendiente de su arzón, la manta en la tierra junto a las albardas que le servían como almohada bajo la noche estrellada.



Ronda romántica 2014


Etimológicamente el término arriero viene de arrear, persona que trajina con bestias de carga de un lugar a otro. Existe un refrán popular que dice, ¡arrieros somos y en el camino nos encontraremos!. 

Pueblos con esencias moriscas por sus cuatro costados con efluvios serranos que impregnan nuestros sentidos. 




Atajate debido a su situación estratégica entre Ronda y Gaucín jugó un papel muy importante en las luchas entre moros y cristianos. Durante la Guerra de la Independencia, el pueblo fue destruido por las tropas napoleónicas convirtiéndose estas sierras abruptas en refugio de bandoleros que asaltaban los caminos para hacer acopio de provisiones. En Atajate comenzaba una extensa red de senderos que conectaban con los pueblos de la serranía. Estos parajes sirvieron de refugio a las numerosas partidas de bandoleros y contrabandistas que proliferaron durante el siglo XVIII y XIX. Terminada la Guerra de la Independencia, Fernando VII mandó a los migueletes para erradicar el bandolerismo. Posteriormente el telégrafo y el ferrocarril y la guardia civil fueron diezmando las partidas de bandoleros hasta su total extinción. Es digno de destacar los abrevaderos y lavaderos públicos que aún existen en esta zona como importante espacio de socialización entre vecinos y transeúntes, donde no es difícil pensar que los arrieros con sus reatas de bestias cargadas calmaban la sed mientras las mujeres hacían la colada.


Vista del Peñón de Gibraltar al fondo, desde Gaucín


Gaucín estaba situado en el ecuador de la ruta. Allí paraban las diligencias para pernoctar y proseguir a la jornada siguiente- antigua Sair Guazan “la roca fuerte” de los andalusíes, apiñada al pie del desafiante castillo del Águila, -donde encontró la  muerte de Guzmán “El Bueno” en su asedio el 17 de septiembre de 1309 en poder de los musulmanes. Desde el castillo se puede apreciar con buen tiempo una vista impresionante del Peñón de Gibraltar, el Mar Mediterráneo y la costa africana.


Castillo de Jimena de la Frontera

Descendiendo desde Gaucín atravesamos el Parque Natural de los Alcornocales –el más extenso bosque de alcornoques de España con una biodiversidad de flora y fauna muy elevada- y uno de los pueblos que la conforman es Jimena de la Frontera (Xemina musulmana) ubicado en tierra de antiguas fronteras entre la banda morisca y la cristiana donde podemos apreciar el castillo nazarí que pasó a manos cristianas en 1456 y que también formó parte del camino inglés. Otro pueblo ubicado en el Parque Natural de los Alcornocales es Castellar de la Frontera con su magnífico conjunto arquitectónico medieval que apenas ha cambiado desde la Edad Media pudiéndose observar una vista inmensa de África, el Mar Mediterráneo, El Estrecho de Gebel al-Tarik junto a la Bahía.



Su nombre aparece por primera vez en el año 914, cuando aparece su nombre entre las localidades rebeldes de Umar Ibn Hafsun y posteriormente sirvió como guarnición de los  almorávides y almohades al estar la ruta para convertirse desde mediados del siglo XIII en fortaleza en primera línea de antiguas tierras de fronteras del Reino de Granada hasta que en 1408 fue asaltada por las tropas cristianas siendo reconquistada definitivamente en 1434 por Juan de Saavedra.

San Roque, fundada en 1704 por los españoles expulsados después de la invasión británica de Gibraltar para introducir ciudadanos del imperio británico como hindúes, malteses…


Isidro García y la mula Molinera

Y como fin de trayecto del camino inglés, la antigua Gebel al Tarik "Gibraltar" situada geoestratégicamente en la angostura que lleva su nombre -antigua Gebel al Tarik- y que ha sido un referente importante en el cruce de culturas con el Mare Nostrum como fiel testigo de las páginas de nuestra historia y legado de nuestra cultura. 

En el escudo de la ciudad aparece una llave de oro que simboliza la importancia de la fortaleza del Peñón –una roca de 426 metros de altura-. 

“La retina de la historia nos dice que en el año 1700 muere el rey Carlos II el Hechizado, -hijo de Felipe IV -sin dejar descendencia. La corona española apoya a Felipe de Anjou, futuro Felipe V y al poco tiempo estallaría la Guerra de Sucesión española.

El 4 de agosto de 1704, una flota anglo-holandesa bajo el mando del almirante Rooke tomó la ciudad de Gibraltar desprotegida en nombre del archiduque Carlos de Austria pretendiente al trono español durante la Guerra de Sucesión”.



…Dejamos atrás el camino inglés para encontrarnos con la ruta del “oro rojo” pero eso forma parte de otra interesante historia.

Desde la antigua Gebel al-Tarik como origen del camino inglés para el Blog de mis culpas...



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viernes, 13 de junio de 2014

Grazalema, "reminiscencias y efluvios que impregnan nuestros sentidos"


El sábado 7 de junio de 2014 nos dirigimos de nuevo al noroeste de la Sierra de Cádiz para impregnarnos en esencia de su belleza natural y en la medida de lo posible de sus raíces etnológicas. 

En primer lugar, transitamos por Zahara de la Sierra que se alza sobre la Sierra del Jaral, cuya fortaleza de origen nazarí nos observa desde su emplazamiento privilegiado, asentada sobre la cresta de una enorme roca.


El ascenso a través de una carretera angosta y sinuosa por la Sierra del Endrinal  parecía no tener fin -con pendientes que superan incluso el diez por ciento- hasta que nos deleitamos con una panorámica espectacular en el “Mirador del Acebuche” donde se puede apreciar el monumento a los cinco bomberos forestales fallecidos en septiembre de 1992 por defender el monte.


Desde el mirador observamos frente a nosotros la Sierra de Líjar y el castillo medieval de Zahara de la Sierra, -antigua tierra de fronteras durante el siglo XIII entre los reinos cristianos y el reino nazarí de Granada-, las Cambroneras, la Garganta Verde y la Sierra de Líjar. A los pies de Zahara de la Sierra encontramos el embalse de Zahara-El Gastor construido en 1992.


Y por fin llegamos al Puerto de las Palomas a 1357 metros de altitud –donde varias veces ha subido la Vuelta Ciclista a España-. 

En el siguiente cruce de carreteras giramos hacia la izquierda en dirección a Grazalema, de la cual podemos apreciar la angostura de sus calles sinuosas y empinadas  con casas tejadas con tejas árabes -valga la redundancia- dispuestas ordenadamente, sin faltar la tradicional chimenea encalada con cal y rematada con tejas, lo que nos da una idea de la belleza de los pueblos blancos con reminiscencias andalusíes que impregna y estimula nuestra retina, la cual capta perfectamente esa bella sintonía entre el ser humano y el respeto por su entorno natural.



La Iglesia de San Juan sobre los restos de una antigua mezquita ó la Iglesia de la Encarnación de origen mudéjar son algunas pinceladas, en la que destaca por derecho propio la arquitectura popular que caracteriza a los pueblos blancos de la serranía. La angostura de sus callejuelas que forman pequeñas manzanas irregulares gravitando en torno a unos ejes centrales, destacando interesantes criterios como altura de las viviendas encaladas, cubiertas de tejas a dos aguas, pórticos, peanas, canalones, madera, cerrajería, forjado en rejas, piedra, cal y calles empedradas. 


No estaría nada mal que muchos pueblos pudieran tomar conciencia de esa arquitectura popular, de la que Grazalema y los pueblos blancos son todo un ejemplo a seguir.



La Sierra de Grazalema con sus privilegiadas vistas, ha sido el primer espacio natural declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en la Península Ibérica -1977- donde se pueden apreciar unas condiciones microclimáticas especiales de humedad y temperatura, lo que hacen posible la presencia de un tipo de abeto –el pinsapo- junto a las cabras montesas, la amapola endémica o amapola de Grazalema -sólo existen en ese territorio-.
















Por otro lado, una gran parte de la gastronomía y repostería son recetas heredadas de los tiempos andalusíes. 


Degustar la gastronomía de la zona es trasladarse al paladar de tiempos pretéritos-revueltos se setas, sopas de tomates, espárragos y tagarninas, queso de oveja, sopa de Grazalema, chacinas, guisos y cocidos-. 


¡Un auténtico patrimonio etnológico! -si se me permite la expresión-.



Las nubes que provienen del Atlántico son muy generosas en estas montañas, ¡capricho de la naturaleza!. Grazalema con su generosa pluviometría produce el mayor índice de lluvias de la Península Ibérica 2.200 l/m2. La fuerza natural del agua ha hecho posible que a lo largo de su historia hayan existido molinos harineros, batanes, curtidos de piel, etc…



La primera denominación de Grazalema árabe bereber fue Madinat-ibn-as-Salim. Posteriormente, Zulema, Ben-Zulema y Az-Zulema. En el siglo X con la victoria de Abderramhán III sobre Omar Ben-Hafsun, Grazalema se integra en el Califato de Córdoba hasta su dispersión en los reinos de taifas.

La antigua Gran Zulema andalusí, ruta de los almorávides y almohades -tierra de fronteras-, posterior ruta de los bandoleros y del contrabando hacia Gibraltar por el “Camino Inglés” y refugio de los maquis.


El arriero. Semanario Pintoresco Español

Durante la presencia andalusí se produce una auténtica revolución cultural y desarrollo. Se utiliza la fuerza del agua para la manufactura, los molinos de aceite y harina, la infraestructura hidráulica, la piel y la cerámica.

Sin embargo, en el siglo XVI se produce una fuerte represión contra los moriscos. La antigua tierra morisca también sufrió la intolerancia después de la toma de Granada, lo que contribuyó a  sembrar el descontento con la posterior  Pragmática Sanción de 1567 o Pragmática antimorisca promulgada por Felipe II con el único objetivo de obligar a los moriscos a convertirse al catolicismo abandonando sus modos de vida y las costumbres islámicas tales como la prohibición de usar la lengua propia, hablar, leer y escribir en árabe, no usar nombres ni sobrenombres árabes y todo lo que fuera contrario al Cristianismo, lo que trajo como efecto colateral las sangrientas luchas de 1568-1571 con la sublevación de las Alpujarras con Aben Humeya en Órjiva, Poqueira entre otros pueblos que se extendió hasta la Serranía de Ronda, con el posterior destierro en 1609 con Felipe III de los denominados monfíes ó moriscos refugiados en las serranías que conllevó consecuencias tan graves como el abandono de los campos de cultivo.

Rodrigo Ponce de León, conquista Grazalema entre 1483 y 1485. El escudo heráldico del Ayto. de Grazalema es original de los Ponce de León. Puede darnos una idea como ejemplo de desarraigo de los moriscos la poesía de Abul Beka, poeta rondeño del siglo XIII cuando observaba como se empezaban a perder tierras en beneficio de las tropas cristianas,  .

Ya llora al ver sus vergeles
y al ver sus vegas lozanas
ya marchitas,
y que afean los infieles,
con cruces y con campanas,
las mezquitas.




Por otro lado, las partidas de bandoleros en el siglo XVIII con el popular bandolero José María Hinojosa “El Tempranillo”, su mujer María Jerónima Francés y su hijo que dejaron profunda huella en Grazalema. Después de 1936 se formaron partidas de maquis–guerrilleros antifranquistas que se refugiaron en la serranía-.

"Hubo un tiempo en que la tierra que pisamos, la gente pasaba necesidad, las fincas productivas pertenecían a unos pocos y las improductivas al resto. La justicia tampoco era demasiado equitativa. Los privilegiados perjudicaban a los desprotegidos. Coger bellotas debajo de las encinas y comérselas- te podían llevar preso-. La pura necesidad hacia perder el miedo. Se iba generando un caldo de cultivo que obligaba a muchas personas a probar el ventajoso mundo del contrabando o las partidas de bandoleros como Zamarra,  Pasos Largos o el Tempranillo entre otros…".



Un azulejo en la Plaza de los Asomaderos nos recuerda  que Grazalema fue testimonio mudo de los amores del famoso bandolero José María “El Tempranillo “ y María Jerónima Francés fallecida después de dar a luz a su hijo.



El 6 de enero de 1832 María Jerónima Francés, la mujer de José María el Tempranillo dio a luz un varón en un cortijo próximo a Grazalema. Poco después falleció. 

Aprovechando el nacimiento de este niño y ante la posible visita que José María realizaría para conocerle, el Corregidor de Ronda recluta una numerosa partida de realistas y migueletes y organiza una emboscada-trampa para apresarle. El famoso bandolero logra escapar con el recién nacido, ceñido a su cuerpo con ayuda de la faja, y el cadáver de su mujer cruzado a la grupa de su jaca “Beata”. Se dirigió hasta Grazalema, donde vivía su cuñado Frasquito Francés, apodado “el de la torre”, al que le entregó el niño, y se refugió en la sierra por unos días.



El 10 de enero de 1832, José María vuelve a Grazalema para bautizar a su hijo, en la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, siendo el padrino el famoso bandolero de Estepa, Juan Caballero. El feliz acontecimiento congregó en el municipio a una gran cantidad de bandoleros, de todas las partidas que campaban por la serranía, sin que las autoridades locales pudieran hacer gran cosa por impedirlo. La fiesta, el cante y el baile no faltaron, provocando una enorme polémica y escándalo en toda Andalucía por la indiferencia del corregidor de Grazalema, quien ni siquiera informó a sus superiores.
La partida del sacramento bautismal correspondía al libro 44, folio 17, reverso, pero desgraciadamente fue destruida durante la Guerra Civil.


Grazalema sufrió también la incidencia de la Guerra de la Independencia contra los franceses. Los lugareños, derrotaron a una división entera de las fuerzas gabachas, recuperando la plaza sin apenas bajas. 

Su papel de contrabando hacia el Peñón de Gibraltar con el bandolerismo y la figura del arriero dada su posición geográfica quedó reflejada en los viajeros románticos ingleses de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX como Washington Irving, Gautier, Merimée que trasladaron fuera de España a través de leyendas e historias reales una figura del bandolero idealizada como “el mártir de las causas injustas y la opresión social y política”.

La Plaza de los Asomaderos es fiel testigo en octubre de una Recreación Histórica ambientada en 1832 “Sangre y Amor en la Sierra”, convertida en “nido de bandoleros”, donde las partidas hacen las delicias de los visitantes y el Ayuntamiento se usa como “cuartel de los migueletes”, destacando una fuente realizada en sillares de piedra con una pila de cantería de cuatro caños de agua -tres en bronce- que sobresalen a partir de cuatro rostros, también en piedra- Plaza de España-. 


Una cosa muy grata que capta al instante nuestra retina durante la “Fiesta del Bandolero” es la invitación para usar el tradicional vaso de cerámica y de este modo respetar el medio ambiente -al no usar el plástico-.

Entre bellas historias en la abrupta y hermosa sierra, es posible que más de uno pueda enamorarse de Grazalema y su comarca. Un placer cuyos efluvios impregnan nuestros sentidos.



Desde la antigua Gran Zulema para el Blog...




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miércoles, 11 de junio de 2014

El río Majaceite, entre Benamahoma y El Bosque


Desde Grazalema, a través del Puerto del Boyar a 1103 m. de altitud,  nuestra retina capta al instante la impresionante panorámica del "Salto del Cabrero", -un impresionante pasillo natural en piedra- hasta llegar al pueblo de Benamahoma, cuya etimología viene del árabe “Bena Mahummad” que significa “Hijos de Mahoma”. Bena es plural de Ibn que significa hijos.



Iniciamos el sendero de unos 5,3 km. de ida con un desnivel muy suave a través del río Majaceite que nos conduce desde Benamahoma a El Bosque a través del interior de un verdadero bosque en galería. 

Un auténtico túnel verde  de frondosa vegetación entre helechos, lentiscos, chopos, fresnos, sauces, álamos, olmos, higueras y nogales con el canto del ruiseñor y las currucas entre otros pajarillos junto a los pequeños puentes metálicos  que nos derivan hacia uno y otro lado del sendero y que en algunos tramos salva una fuerte corriente de agua. 

A través del curso del río Majaceite se puede observar la estrecha relación que ha existido entre el ser humano y el agua a lo largo de su historia debido a que existen restos de molinos y batanes que eran unos ingeniosos sistemas hidráulicos compuestos de gruesos mazos de madera movidos por un eje para golpear y dar cuerpo a los paños y tejidos para que tuvieran consistencia como requerían las mantas de Grazalema.



El movimiento se producía gracias a la energía que producía el río y como efecto colateral hacía mover las norias, los molinos harineros y una antigua hidroeléctrica. Es posible que haya nutrias nutriéndose de truchas en estas aguas frías y transparentes, aunque nuestra retina no ha tenido la satisfacción de captar tan bella imagen aunque sí  percibir esos efluvios de la frondosa vegetación que impregnan nuestros sentidos junto al continuo gorjeo de los pajarillos desaparecido en las grandes urbes.


Al Andalus fue el primer país de occidente en contar con una infraestructura hidráulica como los molinos de agua, acequias, sistemas de riesgo, etc... ayudado por la tradicional noria que convirtieron las tierras marchitas en huertas y vegas fértiles.

La Sierra de Grazalema contó durante el siglo XIX con una importante industria textil, que llegó incluso a competir con la industria catalana.


Al finalizar el sendero en el pueblo El Bosque visitamos la piscifactoría donde a través de una zua o azud –nombre árabe que significa presa- recoge las aguas limpias y cristalinas del río Majaceite donde se crían dos especies de truchas: la trucha común y la trucha arco iris –no autóctona-.


Una actividad económica supone el aprovechamiento de un recurso natural renovable cuyo proceso debe ser con agua fría y cristalina que se canaliza a través  varias pilas de incubación donde se produce la eclosión de los huevos y permanecen en ella hasta llegar a medir los 6 cm.
Es una fase muy sensible y debe practicarse en interior al carecer de escamas que los protejan de la luz solar. En el estanque de alevines permanecen hasta alcanzar los 15 ó 20 cm. Debe ser poco profunda para permitir su limpieza.


Posteriormente pasan las truchas por diversas pilas al estanque de engorde donde van aumentando su peso hasta alcanzar el apropiado para su venta. La alimentación y engorde de las truchas se produce con pienso artificial a base de harina de pescado.



Terminada la ruta de ida nos refrescamos en el Mesón Majaceite -El Bosque- junto al río del mismo nombre, llenando las cantimploras de agua pura y fresca e iniciando la ruta de vuelta, ahora en ligero ascenso hasta volver de nuevo a Benamahoma, donde descansamos de nuevo en la tasquita del Majaceite-una terraza junto al río.



Desde el río Majaceite entre bosques en galería, que nos invita a practicar el senderismo respetuoso con el medio ambiente, para el Blog...

miércoles, 4 de junio de 2014

"RONDA ROMÁNTICA 2014"



…-Echa vino, montañés,
que lo paga Luis de Vargas,
el que a los pobres socorre
y a los ricos avasalla-…

Fernando Villalón

El pasado domingo 1 de junio visitamos “Ronda Romántica 2014”.

La jornada se presentaba llena de incertidumbre por la dichosa meteorología –alerta naranja desde Ronda hasta la Alpujarra- pero la ilusión, a veces puede más que la razón –que nos invitaba a quedarnos en nuestro lugar de origen-. Aunque a media mañana empezó a llover, a partir del mediodía brillaba un sol radiante permitiendo que tan magno acontecimiento pudiera llegar a su jornada de clausura en todo su esplendor, lo que permitió que incluso el burro Caramelo y la mula Cleopatra brillaran con luz propia dando realce al ejercicio ecuestre con sus movimientos de alta escuela en la Alameda del Tajo -con su impresionante entorno natural- acompañado por los bandoleros con su sombrero calañés, contrabandistas, arrieros con sus alforjas y albardas, gabachos, migueletes,  viajeros románticos, curas y nobles, taberneros y mesoneras…degustando el chorizo y morcilla de la zona, las migas, el jamón y salmorejo acompañado del pan de pueblo y el buen vino dando lugar a una bella recreación histórica del siglo XVIII.


Atravesamos el Puente Nuevo construido en 1793 con el río Guadalevín en el fondo del abismo y llegamos al Museo del Bandolero, único en España por su temática que  contribuye a ser una especie de recuperación de la memoria histórica –si se me permite la expresión- de aquéllos finales del siglo XVIII hasta mediados el XIX.



Observando la estatua ecuestre del bandolero en Ronda, cabe la posibilidad de que nuestra retina del recuerdo nos extrapole a esa mirada retrospectiva de la historia que nos recuerda aquélla poesía del poeta de Andalucía la Baja, Fernando Villalón “Diligencia de Carmona”, en la que retrata fielmente el bandolerismo romántico andaluz. 


La retina de la historia nos recuerda que hubo bandoleros famosos en tiempos pretéritos...


Viriato (s. II a C.) era calificado como “capitán de bandoleros” por los romanos.

En el siglo IX el guerrillero andalusí Omar Ben Hafsún y sus leales fueron considerados durante un tiempo bandoleros por el Emirato de Córdoba  en tiempos de Al Mundir y Abdallah-.

Durante el siglo XVI y comienzos del XVII los monfíes refugiados en La Alpujarra fueron considerados también bandoleros por culpa de la represión a la que fueron sometidos después de la toma de Granada –Aben Humeya 1568-.


Tal vez  haya sido la poesía de Fernando Villalón pionera en facilitarnos esa visión romántica del bandolero como héroe social, una especie de “Robin Hood” con el “Tragabuches, Juan Repiso, Satanás y Mala-Facha, José Candio y el Cencerro y el capitán Luís de Vargas” el que a los pobres socorre y a los ricos avasalla.


El bandolerismo andaluz del siglo XVIII va ligado a la opresión y al descontento social. Posiblemente existiera detrás una razón de orden sociológico, al ser empujados por la miseria bajo el amparo sin fisuras de una justicia corrompida. No hace falta recordar que los caciques en las áreas rurales estaban sostenidos por sus altas influencias políticas y designaban alcaldes, controlaban a jueces locales y funcionarios públicos, actuando con toda la arbitrariedad posible.



En torno al mundo de los bandoleros los sentimientos siempre se han polarizado. Para la aristocracia, caciques y señoritos cortijeros andaluces de la época eran considerados bandidos, ladrones o asesinos mientras que para la gran masa de jornaleros, gente humilde y campesina eran una especie de héroes en unos tiempos donde el campesinado estaba desposeído de cualquier derecho social permaneciendo anclado en la pobreza e injusticia.


Los bandoleros tuvieron algún que otro pleito con la justicia, posiblemente insignificante en la mayoría de los casos, se vieron obligados a echarse a la sierra para salvar la vida y enfrentarse a la opresión de su época, con lo cual fueron considerados fuera de la ley pero al mismo tiempo eran grandes conocedores del terreno que pisaban hostigando con sus trabucos incluso a los gabachos -considerados el mejor ejército de la época-, al que atacaban mediante la guerra de guerrillas entre atajos y emboscadas.


Un marco social injusto en el que destaca la figura de José María el Tempranillo mito de ese bandolerismo andaluz representado en Grazalema y Ronda. El bandolero con las botas y polainas puestas junto a su inseparable compañera, la faca con cachas de nácar en su negra faja arreando su corcel negro, con las cinchas apretadas y muy cortos los estribos, con sus patillas de boca de hacha, evitando ser esclavo de presidio, siempre junto al filo de la navaja con el sombrero calañés y el barbuquejo en la barba, el trabuco amartillado como sino, entre tabernas, ventas y posadas, aunque la vida siempre pendiente de un hilo. En lo alto de las lomas, entre senderos y riscos, siempre aparece en nuestros sueños, entre fantasmas y mitos, una silueta de bandolero bueno, justo y con oficio desde la garganta del Tajo hasta los Alcores del Viso…


¡El bandolerismo romántico ha llegado hasta nosotros gracias a las plumas de viajeros románticos de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX como Washington Irving, Gautier, Merimée que trasladaron fuera de España a través de leyendas e historias reales una figura del bandolero idealizada como “el mártir de las causas injustas y la opresión social y política”. Bellas historias que tal vez llevaron en el siglo XX a Orson Welles y Ernest Heminway a enamorarse de la ciudad.


En Ronda se mezclan esos efluvios serranos que impregnan  nuestros sentidos para que la retina del recuerdo lo almacene  en el zócalo de nuestra memoria como parte de la Memoria Histórica de los Pueblos que se transmite de generación en generación. ¡Grazalema y Ronda son sólo un bello ejemplo!.



Durante los siglos XVIII y XIX existió una peculiar ruta denominada el "camino inglés" que transitaba entre Gibraltar y Ronda, en la que destacó la figura del arriero como parte fundamental en la economía de los pueblos, pero eso forma parte de otra historia...



 Ya mataron al Pernales.
Ladrón de Andalucía.
El que a los ricos robaba.
Y a los pobres socorría.

Desde "Ronda Romántica  para el Blog de mis culpas...


P.D. Una de las cosas que me ha sorprendido gratamente en Grazalema y Ronda ha sido que te aconsejan adquirir como recuerdo un vaso de cerámica para beber evitando de este modo contaminar con el vaso de plástico el magnífico entorno natural .



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