viernes, 2 de mayo de 2008

Viaje a la antigua Emérita Augusta, Salamanca y Béjar



El viernes 4 de julio del 2003 realizamos con el Aula de la experiencia de Morón, un viaje cultural a la antigua Emérita Augusta "Mérida", Salamanca, Béjar y Candelario en la sierra de su mismo nombre. Queremos agradecer a Sebastián López Álvarez, coordinador local del Aula de la Experiencia en Morón por explicarnos toda su historia. 


Del mismo modo, aprovecho la ocasión para agradecer a D. Juan Fernández Márquez, profesor emérito de historia sus didácticas charlas con diapositivas en el I.E.S. Fray Bartolomé de las Casas, antiguo I.N.E.M. "Instituto Nacional de Enseñanza Media" y contagiarnos de alguna manera, el apetito cultural por conocer nuestra geografía.

Como siempre Sebastián tanto en el autobús como in situ nos regala algunas nociones de historia sobre los pueblos que ibamos transitando como Santa Olalla de Cala, Monesterio de Tentudia, Tierra de Barros, la antigua Emérita Augusta...

La retina de la historia nos recuerda que la antigua calzada romana denominada "Vía de la Plata" enlazaba la “Antigua Emérita Augusta”, capital de la provincia romana de Lusitania, que fuera fundada en el 25 a.C. con Astorga “Asturica Augusta”, fundada en el 27 a.C. en la provincia Tarraconense.


Esta histórica vía comienza a construirse en el siglo II a.C. en el marco de la guerra contra el caudillo lusitano Viriato recibiendo un fuerte impulso a finales del siglo I a.C. Después de las Guerras Cántabras (29 a. C.-19 a. C.), llega por fin la paz a tierras de Hispania.

Publio Carisio, por orden del emperador Octavio, designado Augusto a partir del año 27 a.C. se decide a licenciar a sus eméritos soldados pertenecientes a las legiones V Alaudae y X Gemina. En pago a los servicios prestados decidió asentarlos fundando una nueva ciudad en los límites con la Bética, naciendo con ello para el Imperio Romano “Emerita Augusta” capital de la Lusitania, una de las tres provincias en que estaba dividida Hispania en esos momentos. Augusta Emerita recibe su nombre del primer emperador del Imperio Romano, Octavio Augusto.

Octavio Augusto fue también el artífice de la organización de las provincias y en su viaje a Galia e Hispania, entre 16 y 13 a.C., decidió crear una nueva provincia, Hispania Ulterior Lusitania estableciendo cinco colonias, cuatro en ciudades ya existentes Scalabia (Santarem), Metellinum (Medellin), Norba (Cáceres), Pax (Beja) y una nueva, Augusta Emerita que se iba a constituir en su capital estableciendo el control de un extenso territorio mediante una completa red de calzadas bien construidas con obras de fábrica en los lugares donde era necesario franquear obstáculos fluviales como diques y puentes monumentales como el de Mérida sobre el río Guadiana. También manda fundar otras ciudades peninsulares como: Cesaraugusta (Zaragoza), Lucus Augusti (Lugo) o Barcino (Barcelona) entre otras.


Tras la muerte de Augusto, en el año 14 de nuestra era, su hijo adoptivo y sucesor, Tiberio, lo diviniza, comenzando así el culto al emperador. Emérita Augusta llega a ser una de las ciudades más prósperas e importantes de la Hispania romana que incluso acuñaría moneda propia durante 62 años, desde la época de su fundación, en el 25 a.C. hasta la época de Tiberio (año 37). Posteriormente en la época visigoda, también se acuñarían monedas.

La Ruta Vía de la Plata, “camino ancho de los romanos”, es sin duda el eje vertebrador de Extremadura. Un camino natural al que el genio de César Octavio Augusto, a través del cónsul Quinto Servelio Cepión, dotó de significado al iniciar el "Iter ab Emerita Asturicam" -el camino que va desde Mérida hasta Astorga-. Posteriormente Tiberio, Trajano y Adriano prolongarán esta vía fundamental hasta Itálica, Hispalis y Gades.

Hoy día se pueden apreciar los restos de aquel pasado glorioso y son muchos los vestigios que hablan de la gran importancia de Emérita Augusta, la capital de Lusitania. En Emérita Augusta se acuñaron monedas al principio de su fundación hasta la época de Tiberio y posteriormente en la época visigoda.


El segundo día de la excursión visitamos la Plaza Mayor de Salamanca, una de las principales manifestaciones del barroco español, levantada entre 1729 y 1755 bajo los auspicios de Felipe V, que promovió su construcción en agradecimiento al pueblo salmantino por su apoyo durante la guerra de Sucesión española. Diseñada por el arquitecto Alberto Churriguera, este recinto porticado, definido por edificios de tres plantas, sirvió como coso taurino en los primeros tiempos.


La Catedral Vieja de Salamanca es una de las más hermosas muestras del románico tardío en España. Adosada a la catedral nueva, impresionante templo gótico de comienzos del XVI. Las obras, comenzadas seguramente por la cabecera, se iniciaron entre finales del siglo XI y comienzos del XII.


Destaca su Retablo Mayor con 53 tablas donde se representan desde el Nacimiento de Jesús hasta el Juicio Final. Unas pinturas con colores muy vivos de influencia renacentista italiana. Las obras principales " primeras doce tablas" corresponden al artista italiano Daniel Delli.


La Universidad de Salamanca fue fundada en el año 1218 por el rey de León Alfonso IX y reestructurada por el rey castellano Alfonso X en 1254. Esta universidad ha sido históricamente una de las más importantes del mundo. Su fachada plateresca, que data de 1553, es una de las más bellas y profusas de la arquitectura española de todos los tiempos.

En medio de la plaza por la que se accede al edificio principal hay una estatua de fray Luis de León (1869), uno de sus más importantes profesores. La institución alcanzó la cima de su influencia durante el siglo XVI, cuando tenía unos 6.800 estudiantes.

Más tarde inició su declive, al igual que las demás universidades españolas renaciendo a mediados del siglo XVIII como foco principal del movimiento renovador que trajo la Ilustración, alentado por su rector, Juan Meléndez Valdés, pero volvió a decaer con el absolutismo de Fernando VII.



De entre los numerosos edificios con los que cuenta la Universidad destaca uno de planta cuadrangular, con patio central, que tiene una fachada (1553) con una de las decoraciones más grandiosas del plateresco español. Por sus aulas han pasado insignes profesores, de los cuales dos en especial han marcado su impronta en la institución: en el siglo XVI el religioso y escritor fray Luis de León y en el siglo XX, el pensador, filósofo y literato Miguel de Unamuno, que fue rector de la misma.

Casa de las Conchas. Salamanca
Nos comentó el amigo Sebastián en el paraninfo de la Universidad Vieja de Salamanca unos hechos históricos acaecidos en dicho recinto en la que Don Miguel de Unamuno el día 26 de septiembre de 1936 en nombre de la Universidad de Salamanca, firma una proclama de protesta contra las atrocidades que se atribuían a aquellos republicanos que pretendían exterminar a sus adversarios antes que ganar la guerra. Y llego aquel famoso y discutido acto en el histórico paraninfo salmantino.

De especial interés es la Biblioteca de la Universidad, que contiene manuscritos e infinidad de volúmenes.

La Casa de las Conchas, comenzada en 1512, es una hermosa y original muestra de arquitectura civil. Las conchas que dan nombre al edificio, y que salpican toda la fachada provocando un plástico y vital efecto de luces y sombras, son una manifestación heráldica símbolo de la orden de Santiago a la que perteneció el dueño de la casa, el doctor Talavera Maldonado.

El río Tormes a su paso por Salamanca

También visitamos los jardines de Calisto y Melibea (La Celestina) de Fernando de Rojas entre un sin fin de monumentos civiles y religiosos entre los que cabe destacar el convento dominico de San Esteban con su bella portada plateresca formando una especie de arco del triunfo con su bóveda de medio cañón. La plaza está presidida por el monumento al dominico Francisco de Vitoria.



En su interior sorprende el Retablo Mayor de la iglesia del convento que fuera diseñado en 1692 por José Benito de Churrigera donde nuestra retina se detiene en las seis grandes columnas salomónicas, recubiertas de decoración vegetal, en cuya parte central se ubica en tabernáculo. El segundo cuerpo es rematado en su parte central con una pintura de Claudio Coello cuya temática está dedicada al martirio de San Esteban".



Destaca también la Escalera de Soto diseñada por Rodrigo Gil de Hontañón entre 1553 y 1556 y el coro con la pintura "El Triunfo de la Iglesia", de Antonio Palomino.

El Domingo 6 de julio visitamos Béjar ( ciudad del amigo Sebastián ), donde visitamos la ciudad y el museo de Mateo Hernández acompañados de sus padres y posteriormente la sierra de Candelario, un pueblo típico de la montaña que está situado al sur de la provincia de Salamanca a 75 kilómetros de la capital. Enclavado en un indescriptible, rodeado de espesos castañares y bosques de robles, entre sus principales monumentos destacan la iglesia renacentista de la Asunción.



La Sierra de Candelario, Béjar o Solana es un viejo macizo palezoico perteneciente a la Cordillera Central, que se alza al oeste de la Sierra de Gredos. Su bella diversidad paisajística es el resultado de un intenso y diferenciado modelo glaciar y fluvial. Del primero son consecuencia los circos y lagunas y del segundo los profundos valles cubiertos por frondosos bosques de castaños. En las cumbres de la Sierra de Béjar ( su máxima altura es el pico de La Ceja con 2.425 metros ), destacan algunas rapaces y la casi segura presencia del lince ibérico.



Después de atravesar Béjar, nos dirigimos hacia el pueblo Candelario donde lo primero que capta nuestra retina es una bella fotografía con la Sierra de Candelario al fondo y la Plaza del Humilladero con la Ermita del Santísimo Cristo del Refugio con su cruz de piedra presidiendo la plaza. 

Candelario es un pueblo típico de la montaña que está enclavado en un hermoso paraje natural rodeado de espesos castañares y bosques de robles. Un pueblo que además de otorgar su nombre a todo el entorno natural conserva uno de los conjuntos de arquitectura popular más interesantes de la región.

Lo primero que capta nuestra retina al entrar en Candelario es la Ermita del Santísimo Cristo del Refugio -un edificio del siglo XVI -con las cumbres de la sierra completamente nevada.

Destacan los tejados de sus casas con grandes aleros para protegerla de la nieve, anchos muros y grandes balcones también de piedra donde la retina del viajero se detiene en las tradicionales “batipuertas” de madera que protegen la puerta de la vivienda de los rigores del invierno y de la tradicional matanza, además de permitir airear la vivienda sin temor a que entrara alguna que otra ganadería que transitara en ese momento por las calles del pueblo.


Las “batipuertas” protegían al matarife de ser corneado cuando asestaba a la res el golpe definitivo para iniciar el proceso de la matanza. Sus empinadas y empedradas calles están recorridas por las “regaderas”, que son los canalillos que recogen el agua cristalina de los neveros de la Sierra de Béjar que facilitaban la limpieza de las calles en tiempos de la matanza al realizarse las tareas de matar y socarrar -chamuscar- en la propia calle.


Sin duda, el edificio más sobresaliente de la villa de Candelario es la Iglesia de la Asunción donde se entrelazan diversos estilos arquitectónicos (mudéjar, barroco, románico y gótico). Una bella muestra de su arquitectura civil del siglo XIX se encuentra en la fachada de la Casa Consistorial.


Pero lo que más nos impresionó y que nos perdonen los doctos en la materia fueron los productos artesanales de Candelario, destacando su exquisito chorizo curado por los secos y fríos aires de la sierra con el tinto fresco de la zona junto con la caldereta de carne con patatas picantes, en un entorno natural indescriptible.

La visita a Hervás con el barrio judío más antiguo de España y el Valle del Jerte formará parte de otra interesante historia que compartiré con los amigos en el blog de mis culpas...

Enlaces interesantes

Visita al Valle del Jerte


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